Inmediatamente después de concluir el Festival de Funglode tenemos en cartelera un par de las películas que formaron parte de su programación. Ambas son de excelente calidad, aunque totalmente diversas.

Una de ellas es la galardonada “La teta asustada” de Claudia Llosa, cinta de la que escuchamos hablar por vez primera cuando ganó en Berlín.

La otra, una cinta independiente norteamericana, realmente encantadora: “500 días con ella” (500 days of Summer).

Otro estreno viene a acompañar a la excepcional calidad de estas cintas en nuestra cartelera habitual.

Se trata de “El vengador” (Law abiding citizen) que interpreta un Gerard Butler dispuesto a quedarse en nuestras salas.

Ahora mismo coinciden en los mismos locales dos películas protagonizadas por este actor que ha ido escalando peldaños en popularidad después de interpretar “300”.

“Juego mortal” (Gamer) viene ya de la semana pasada (por cierto que no nos gustó para nada) y se une ahora a “El vengador”, precedida de mucho mejor crítica.

La teta asustada.  (Título original: “La teta asustada”, Dir: Claudia Llosa. Int: Magali Solier, Susi Sánchez, Efraín Solís, Marino Ballón, Antolín Prieto).

Parece que el talento viene de familia y en la familia de Claudia Llosa están Mario Vargas Llosa y Lucho Llosa.

De repente esta joven se decidió a dirigir películas.

Debutó con “Madeinusa” y le fue muy bien.

Siguió con “La teta asustada” y le fue mucho mejor ya que logró hacerse con el “Oso” del Festival de Berlín.

Toda una proeza.

Ahora nos llega esta su segunda cinta, hablada en castellano y quechua, poética, hermosa, a ratos casi documentalista y, en otras ocasiones, bastante hermética hasta el extremo de que, a la salida, tenemos que “rumiar” acerca de lo que hemos visto e interpretar una serie de escenas y secuencias. Pero, talvez, eso le confiere un atractivo aún mayor.

500 días sin ella.  (Título original: “500 days of Summer”, Dir: Marc Webb. I: Joseph Gordon-Levitt, Zooey Deschanel)

Es lo mismo de siempre: El viejo esquema de “chico conoce a chica” pero, Webb, triunfador en Sundance, demuestra que “no hay nada nuevo bajo el sol pero todo es nuevo bajo el sol”.

Gracioso, tierno, original en su puesta en escena, delicioso por los cuatro costados, este filme es buena prueba de que el buen cine no ha muerto.

Un aplauso de pie.