Dos poetas de Nicaragua

Dos poetas de Nicaragua

Luis R. Arévalo
El estrecho dudoso (fragmento)

Y los perros. Los perros de Pedrarias.
El indio tenía un palo
y le echaban primero los perros cachorros
(para enseñarles montería) .
Cuando los tenía vencidos con el palo
soltaban los lebreles y los alanos de Pedrarias.

Los indios preguntaron al Demonio
(¿a los brujos? ¿a las brujas? ¿a la Vieja del Volcán?)
cómo se verían de libres de los españoles
y el Demonio les contestó:
Que él podía libertarlos de los españoles
“haciendo que los dos mares se juntaran
(¿el Canal de Nicaragua?)
juntamente con los indios”

Ernesto Cardenal es un poeta y sacerdote oriundo de Nicaragua, donde nació el 20 de enero de 1925; pertenece a la generación del 40 y mantuvo una duradera amistad con el uruguayo Mario Benedetti, ya fallecido.

Su poesía toca  temas muy diversos desde el religioso hasta el amoroso y político, y su estilo auténtico ha cautivado a la juventud en todo el mundo.

Este año ha sido por tercera vez nominado al Premio Nobel de Literatura y el país que lo promueve es España junto a un grupo de escritores españoles.

Ruben Darío murió sin que se le concediera este importante galardón y esto fue porque él tuvo una postura demasiado crítica, la que no fue del agrado de los europeos. Le escribió un poema Al Rey Oscar si bien es cierto que es cuestionador pero también es un reconocimiento al valor humanístico de un rey. Ningún otro poeta latinoamericano ha escrito uno semejante. Fue el motivo por el que se lo querían entregar, pero le ganó  Miguel Angel Asturias en el centenario de su natalicio por su magnifica novela.

Nadie podrá olvidar tan bellos epigramas escritos por el poeta Cardenal. La Hora Cero que es un poema épico que enaltece la vocacion libertaria  de Latinoamérica, la Oración por Marilyn  Monroe, Gethsemani Ky y las Campesinas del Cua. El Cántico Cósmico es por cierto una verdadera joya literaria de estos tiempos actuales, muchos intelectuales han coincidido en que no existen categorías críticas  para esta obra.

Recientemente a Cardenal el gobierno de Chile que presidía Michel Bachelet le condecoró con un Premio que lleva el nombre del Nobel Pablo Neruda, lo que significa que es un bardo que ha alcanzado el nivel de los escritores universales.

No es el dinero que se merece nuestro poeta sino el calificativo de Nobel que será para Nicaragua, como cuna de Rubén Darío que dio gloria a su tierra con sus significativas  letras, soportando el tráfago del nómada, y sólo para que su poesía fuera  reconocida a nivel mundial.

Rubén Darío y República Dominicana. No se puede obviar el nombre de Rubén Darío  cuando hablamos de poetas que le han cantado a nuestro país, porque êl mucho antes que otros, supo dedicarle un bello poema a República Dominicana.

Rubén Darío, sin tener la oportunidad de conocer la tierra estelar de la isla La Española, su musa le llegó a inspirar para escribirle unos bellos versos a este invicto rincón español del Caribe.

Esto solo pudo realizarse gracias al influjo de la amistad coyuntural por cierto de Fabio Fiallo, Tulio Manuel Cestero, Ricardo Pérez Alfonseca; que era este último ni más ni menos que su secretario personal y simultáneamente su mejor aprendiz de poeta porque este era un joven que irradiaba los bríos inherentes de la tercera edad, la edad de oro.

Rubén Darío conoció a los dominicanos estando  en Europa, cuando ellos ejercian la diplomacia al igual que él.

A la República Dominicana se le define como un poema que elogia exclusivamente a la ciudad de Santo Domingo que no tiene parangón en América y la evidencia más diáfana es que este año 2010 es la Capital Americana de la Cultura.

Por eso consideramos que  este poema debe salir a relucir en este marco  en el que se enaltece esta ciudad y su cultura, como  un obsequio de un nicaragüense universal, que se  refiere a ella como un testigo.  Aunque esto no se pueda interpretar literalmente, porque  la carga surrealista es muy pesada y muy fuerte, además de simbolista.

Muchos poetas de hoy  envidiarían la facultad de Darío para poder escribir poemas sin  haber tenido la experiencia de palpar personalmente, el espacio que narra (estando en otro  lugar).

Olor a nardos y olor a rosa
lo que adivino, lo que distingo
el sol, los pájaros, la mariposa
Santo Domingo Santo Domingo.

Yo te adivino, yo te distingo
lo que algún día me pueda ser
Santo Domingo Santo Domingo
que yo algún día te pueda ver.

Dios permitiera que yo algún día
llegara a costa que bellas son,
por sus historias, su melodía
su entusiasmo y su Colón.

Oh República Dominicana
tu que deberías estar
como una virgen en su altar
en toda patria americana
Tú que eres la sublime hermana
que nos dio nuestro despertar
mereces la voz soberana
toda la tierra y todo el mar.

Este  poema marcó profundamente la identidad dominicana en la piel de los amigos de Darío y debe considerarse como  un himno que representa  la hermandad de dos países que son Nicaragüa y República Dominicana divididas naturalmente por el Caribe y ambos descubiertos por Colón en su primer y cuarto viaje respectivamente.

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