¿Qué hacer, apostar a la reducción y recorte del gasto o estimular el crecimiento? Este dilema se plasma en dos informaciones diferentes, una nacional y otra internacional, publicadas en la primera página de la edición de este matutino Hoy, del miércoles 23 de mayo pasado.

La información nacional fue titulada a todo despliegue “Economista pide reducir gasto burocracia estatal”; el solo título habla de la información. Justamente debajo y colocada a la derecha del lector, una foto de la policía española reprimiendo manifestantes del sector educativo de ese país en protesta por los recortes.

Ese es el dilema para el manejo de la crisis mundial y se refleja en declaraciones y hechos recogidos por la prensa y es el que está predominando en los procesos electorales de los países. El recién electo presidente de Francia, Francois Hollande, fue electo en segunda vuelta con 51.63% frente al presidente saliente Nicolás Sarkozy, quien obtuvo 48.37%. Hollande apuesta a una política de empleo y crecimiento, pero los países europeos que predominan en las políticas económicas, como Alemania, creen en el recorte.

Evidentemente, el sistema financiero alemán es el que viene trazando normas y controles para recuperar sus capitales afectados por la crisis financiera mundial.

El FMI, en su informe de septiembre del 2011, asegura que el sistema financiero de la comunidad europea fue contagiado por la crisis norteamericana de lo que se ha querido llamar “burbuja hipotecaria”. He sostenido, y así lo explico en mi libro “El PLD y las Fuerzas Sociales”, que a esta crisis financiera debiera llamársele “desregularización financiera”. Porque esa desregularización impuesta a los bancos desde el Presidente Ronald Reagan de los Estados Unidos, se destinó el depósito en los bancos, aun el de la seguridad social, para la política económica bélica de los Estados Unidos.

Es decir, el gobierno norteamericano tomó prestado a todos los bancos y su deuda es el 98% del PIB de ese país, conforme al FMI y al Banco Mundial, todo para ser empleado en material bélico. O sea, el gobierno adeuda lo que toda la sociedad produce en un año. Se desglosa 4.5 billones (o trillones) a países y 9.8 billones (o trillones) a internamente, sí mismo como país; especialmente a los bancos, quienes prestaron al gobierno el dinero de todos los depositantes.

Para que pueda entenderse estas cifras, creo conveniente citar lo que explico en el libro “El PLD y las Fuerzas Sociales”: La doctrina maneja dos escalas para definir cifras, la escala larga y la escala corta. La escala larga es de nuestra lengua española y francesa, alemana, sueca, italiana y de otra. La escala corta es predominantemente anglosajona.

La Real Academia de la Lengua Española acepta millardo (de la lengua francesa milliard), equivalente a mil millones, se expresa por la unidad seguida de nueve ceros (10~; los estadounidenses denominan el millardo como un billón. Pero, la Real Academia de la Lengua Española define el billón, -procedente de la lengua francesa billion-, equivalente a un millón de millones y se expresa por la unidad seguida de doce ceros (1012); para los estadounidenses esa cifra la denominan trillón.

La doctrina, y por tanto autores, han denominación billardo a mil billones, el cual expresan con la unidad seguida de quince ceros (1015»); en los estadounidenses equivale a un cuatrillón.

La Real Academia de la Lengua España denomina trillón a un millón de billones, que se expresa con la unidad seguida de dieciocho ceros (1018); en la lengua inglesa equivale a quintillón.

La crisis económica mundial ha gravitado haciendo sentir una fuerte “recesión”, la cual crea serios males sociales y políticos. Mover la economía implica liberar recursos, pero hacerlo no permite al sistema financiero recuperar lo invertido, excepto, y así piensa Alemania, que se hagan recortes en los gastos del Estado. Pero esos recortes no serán nunca tan significativos como si se propiciara una política de crecimiento económico, que es por lo que ha postulado el presidente electo de Francia, Francois Hollande, y ha hecho el presidente Fernández en la República Dominicana.