En Pedernales y Monte Cristi, dos de las provincias más pobres y apartadas del país, se registra una gran cantidad de casos de niños con labios leporinos.
Sus habitantes reciben ayuda médica para pacientes con deformaciones por labio leporino y paladar hendido y una jornada de cirugías generales.
Los promotores de la asistencia ayudan a esos pobladores en casos de cirugías de histerectomía, de hernia y de vesícula.
Los doctores Miguel Cotes y Brunilda Polanco, miembros de la Fundación Renacer, orientan a esos residentes de Perdernales y Monte Cristi, en el Sur y en el Noroeste del país, incluso les hacen cirugías reconstructivas.
Cotes y Polanco son médicos del hospital Padre Billini, donde ayer concluyó la XX Jornada Domínico-Americana de Cirugía Plástica Reconstructiva, que se celebró durante dos días. Fue organizada por la Fundación Renacer, por la Fundación de Ayuda Médica a los Niños de América Latina y con el auspicio del Padre Billini, las Hermanas Mercedarias y el Cuerpo de Paz.
Fue dirigida a niños y adultos, para pacientes con traumas en todas sus partes del cuerpo, especialmente en las extremidades, con problemas adquiridos o congénitos.
Cotes destacó las maravillas que realiza la ciencia en beneficio de los pacientes que nacen con labio leporino y paladar hendido, una condición que la doctora Polanco afirma que lastima a las madres, muchas de las cuales tienden a ocultar el niño o taparle la boca para que no se vea la deformación.
Polanco manifiesta que se produce una afectación sentimental de la madre y del niño, a nivel que va creciendo, a lo que atribuye que unos tiendan a aislarse. Además, la doctora advierte que los problemas de paladar hendido provocan dificultad en la alimentación del niño, sobre todo a la hora de tragar. Con tristeza, Polanco recordó un hombre que vivió varios años escondido en una loma, por padecer de labio leporino y de paladar hedido, hasta que fue operado. Es labio leporino porque viene de liebre, una fisura en medio de su labio superior.