Dos sugerencias a Francisco Javier

Dos sugerencias a Francisco Javier

Francisco Javier García Fernández es un gran aprecio perdido en el tráfago de esta breve vereda que llamamos vida, a quien siempre he ponderado por sus variopintas eficiencias, profesándole gratitud imperecedera.

En su rol de ministro de Turismo, Francisco Javier ha logrado frisar el umbral de los cinco millones de turistas en 2014, una proeza que premia su laudable gestión, inaugurando inclusive, la ruta Moscú-Punta Cana.

Propongo dos sugerencias a Francisco Javier, tan valiosas como el afecto que le profeso, consistentes en examinar los reportajes publicados por El Caribe los días 19 y 20 de este mes de enero 2015 alusivos a las graves fallas que presenta la playa de Boca Chica, y tomarla de referente para extrapolarla a los grandes polos turísticos que han evolucionado en nuestro país en las últimas dos décadas, con fallas muy similares a Boca Chica.

Sobre todo, confrontar la realidad deplorable de Boca Chica con los polos turísticos de Cuba, ahora que el 17 de diciembre pasado el presidente Barack Obama descongeló el absurdo de 56 años de relaciones rotas La Habana-Washington, sin los resultados que motivaron esa disposición estéril, y las repercusiones cuando en La Habana retorne el flujo turístico norteamericano, no de sopetón, pero gradual, y si allí hay las graves denuncias de El Caribe en Boca Chica.

Una segunda sugerencia en desde ahora motivarse organizar una gran excursión al número 25 de Main Street, que es la sede en Cooperstown, Nueva York, del Hall de la Fama del Béisbol, para exaltar a nuestro Pedro Martínez, como organizó su recibimiento luego de ser electo por los cronistas deportivos estadounidenses, y contar con mi presencia, como hice el 31-07-1983 en la exaltación de Juan Marichal, el inmortal Manico.

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