¿Dos veces presidente y 57% de equivocados?

¿Dos veces presidente y 57% de equivocados?

MARTHA PÉREZ
Del título se entiende que hablo del doctor Leonel Fernández, un ser humano que tal vez no imaginó que emularía, como lo ha hecho y sin proponérselo, la estatura humana y política del Maestro y guía del Partido de la Liberación Dominicana, el Profesor Juan Bosch; cada uno con su estilo propio, por lo que no pretendo comparación alguna, más bien, hablo de una esencia que sentimos y vemos los que damos seguimiento a este fenómeno de la política dominicana que lleva el nombre de Leonel.

No es noticia, a estas alturas, que el 57% del electorado dominicano, de forma inequívoca, llevó a Leonel y al PLD al poder en el año 2004, a lo que debe sumarse el resto de la simpatía que por alguna razón no se expresa a través del voto. Tampoco es noticia una de las principales razones de ese mayoritario apoyo: El caos que reinaba en el país, de corte social, económico, financiero, consecuencia de debilidades de políticas orientadas por sectores del PRD y el gobierno de Don Hipólito Mejía, aunque para ellos, al parecer todo iba viento en popa. Un nuevo respiro no se hizo esperar, la casa desordenada que habían recibido el PLD y fuerzas aliadas (Bloque Progresista), comenzó a organizarse y todavía se sigue “acotejando”. El pueblo dominicano, que nada tiene de bobo, manifesta un entusiasmo contagioso, festivo y esperanzador, mostrando, como especies acuáticas, que se siente en agua limpia y clara, y sobre todo, que quiere seguir en este hábitat. Lo expresó, en cumplimiento de un deber cívico el pasado 16 de mayo y ahí tenemos el necesario cambio de la correlación de fuerza congresional y municipal, que contribuirá con la solidez de un gobierno que en dos años ya venía rumbo al cambio y el progreso.

Esas dos mayoritarias respuestas, ratificadoras de lo ocurrido en el 1996, son evidencias de que el Bloque Progresista que encabeza PLD con Leonel Fernández a la cabeza se ha consolidado como la principal fuerza, y única del momento entre las “mayoritarias”, capaz de aglutinar los  sentimientos de nuestra sociedad, de los más desposeídos, y poder darles respuestas a sus necesidades más sentidas. Y de construir en base a la unidad, la concertación, la participación pública y social, el futuro del país y la nación. Esas respuestas son evidencias de la popularidad carismática del presidente Fernández, del fenómeno político en que se ha convertido este hombre, no sólo para la República Dominicana, sino para los países de la región.

Este proceso, obviamente, convierte a Leonel en una “fruta madura”, por eso le lanzan piedras, no porque se apetece, sino para verla “caer”, es decir, bajarle su popularidad y trucar el futuro de su partido y fuerzas aliadas, a todas luces prometedor, si todo sigue como va, y mejor.

Por esas razones, es de fácil ubicación, en el presente contexto, las diversas opiniones antes, durante y después de los recién pasados comicios electorales, en contra de la figura principal del Bloque Progresista.

Opiniones dentro de un derecho reconocido, pero muchas de carácter irrespetuoso, altanero y desconsiderado, no sólo por referirse a un ser humano, categoría hacia la que es un deber el respeto, sino por tratarse de un dirigente político en su elevada condición de jefe del Estado dominicano.

En este sentido, llamó mi atención las opiniones del apreciado amigo Antonio Reynoso (el padre Toño), a través de su artículo “Y sin embargo se mueve”, publicado en dos entregas de las ediciones de fechas 16 y 17 de junio en el vespertino El Nacional. Llamó mi atención, primero, por ser él la persona que es, no había escuchado ni leído similares expresiones de su discurso y vocabulario; y no por Cura o Padre; segundo, porque creo que no es persona de poses vengativas, ni político radical o extremista de los que reaccionan heridos ante un resultado electoral que los aleja en la oposición misma.  Traté de comprenderlo al leer el segundo párrafo de su primera entrega del artículo de marras, cuando dice “…yo estoy en el expediente del Plan Renove por decisión expresa de Leonel Fernández…”; tampoco creo, ésto sea para tanta ira, que lleve a cambiar un discurso humilde, respetuoso, elegante y de paz, como el del padre Toño, y que mantuvo al entrar a la política.

Ese expediente es una cuestión de la justicia.

Ante lo que se ha construido humana, ética  y políticamente, en el plano local e internacional en torno a Leonel Fernández, ante lo que esta figura representa en este momento de la política dominicana, esas opiniones adversas, temerarias e irrespetuosas pasan a ser como  una aguja en el pajal. ¿En qué lugar en el mundo el 57% de equivocados elige a un Presidente, que además es su segundo mandato? Creo que lo eligieron, inequívocamente, porque “…sin embargo se mueve”.

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