La Dirección Nacional de Persecución de la Corrupción Administrativa (DPCA) interrogó por más de 10 horas al suspendido director del Programa de Reducción de Apagones (PRA), Marcos Lara, contra quien pesan acusaciones sobre nepotismo y corrupción en el desempeño de sus funciones.
A su llegada a la DPCA Lara negó que desviara fondos y que utilizara dineros de la institución para provechos personales, como se ha afirmado.
Dijo además que es falso que haya nombrado a un grupo de familiares en la institución, como afirmó la periodista Nuria Piera.
Explicó que se trata de unos sobrinos, pero que bajo ninguna circunstancias de familias directas, como son padres, hijos y hermanos.
Fueron otros. Lara, quien se hace llamar El Apóstol, reconoció que en el PRA se cometieron algunas irregularidades económicas, de la cuales se excluyó, y de las que responsabilizó al director financiero y al asistente administrativo de la entidad, que, según declaró, eran quienes firmaban los cheques.
Sobre esas personas, cuyos nombres no ofreció, dijo que recomendó sus cancelaciones tan pronto se percató de las irregularidades que estaban cometiendo y que, tras la medida éstos se dedicaron a dañar su imagen a través de los medios de comunicación.
Señaló que en 14 años que trabajó en la administración pública recibió sueldos entre $120 y $135 mil que lo destinaba para obras del Señor a la construcción de iglesias, ropas y comida para los pobres y que nunca cogió un centavo para él.