POR ALEJANDRO ARREDONDO
El Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (DR-CAFTA por sus siglas en inglés), visto en retrospectiva, ha enfrentado varios obstáculos y tropiezos tanto para su ratificación en el Congreso Nacional, como para su implementación por los países signatarios. Incluyendo la fuerte oposición en los Estados Unidos de América, país promotor del libre comercio, hasta llegarlo a calificar como «DR-CAFTA fastige» como resultado de los intensos cabildeos que se hicieron en Washington. 

Sin embargo, el DR-CAFTA avanza a pesar de los pesares, primero lo hizo el Congreso norteamericano, que lo ratifica con una votación muy polarizada, con la Ley Pública 109-53, (solo 2 votos de diferencia) como nunca en la historia. Con este paso se le envió una buena señal a los Congresos de los demás países signatarios, quienes se abocaron a ratificarlo en sus respectivos países, excepto Costa Rica, donde aún se encuentra pendiente.

Superada la prueba a nivel congresional, la Administración Bush se involucró en el tortuoso proceso de implementación con cada uno de los países y para no repetir la amarga experiencia con el Tratado de Libre Comercio con Marruecos, que duró varios años para que se implementara. 

El DR-CAFTA debió haber entrado en vigencia el 1ro de enero del 2006; sin embargo, esto no sucedió así. Días antes de finalizar el año 2005 la Administración  emite un comunicado estableciendo un mecanismo flexible para los países (Centroamérica y República Dominicana), se le denominó «Rolling implementation» en inglés,  no obstante que el Tratado tiene dispositivos para su entrada en vigencia.

¿En qué consiste este mecanismo? Consiste en lo siguiente; que en la medida en que los países fueran adecuando su legislación interna al DR-CAFTA, en esa medida se implementaría el acuerdo comercial, luego, la «certificación» se haría mediante una Proclama del Presidente George W. Bush.

¿Cómo se ha hecho ese proceso? Se ha hecho mediante reuniones técnicas bilaterales con los equipos de ambos países en los «calabozos» de las instalaciones de la Oficina del Representante Comercial  de los Estados Unidos (USTR),  en donde se parean la legislación interna con las disposiciones del DR-CAFTA. El primer país en entrar fue El Salvador, seguido por Honduras y Nicaragua y recientemente Guatemala. Estos países han hecho lo habido y por haber para entrar en el exclusivo Club, solo faltan República Dominicana, y Costa Rica.

En la República Dominicana el proceso de negociación, de aprobación e implementación ha tenido que superar varias pruebas; desde el envío de  tropas a Irak,  visitas oficiales presidenciales a Casa Blanca (del ex presidente Hipólito Mejía y el presidente Leonel Fernández),  reforma tributaria, jarabe de maíz, la oposición del sector agropecuario, el 2% a las importaciones, la Comisión Cambiaria, compras del gobierno, propiedad intelectual, etc, esto sin contar lo que ha pasado en el plano internacional, como la amenaza de sustraernos, es decir, de sacarnos del DR-CAFTA auspiciada por nuestros competidores comerciales, los cuales lo hacen llamar como CAFTA como forma de opacarnos en este importante acuerdo comercial. Podríamos entonces llamarlo en la República Dominicana  como «DR-CAFTA Jarto».

Viendo las cosas en perspectiva, no entramos el pasado 1ro de julio como ansiosamente se esperaba, pero ya sea en agosto, septiembre o en octubre seremos socios del exclusivo «Club DR-CAFTA»; estaremos, porque tanto el gobierno, el sector privado y la sociedad dominicana han puesto algo para que se materialice esta membresía.

«Lo importante es entrar bien, aunque sea tarde, pero entrar».  República Dominicana entrará por la puerta grande y pisará la alfombra dorada, no importa que seamos los últimos (que no lo seremos), siempre habrá voces críticas, las hubo cuando el país se propuso entrar al Convenio de Lomé IV a finales de los 80’s; sin embargo, hemos sido quienes mayormente nos hemos beneficiado del mismo. Dependerá mucho del plan que tengamos, pero mucho más de la ACTITUD con la que asumamos la membresía del «Club DR-CAFTA».

Fabula de Esopo: «La Liebre y la tortuga». Moraleja: Con seguridad, constancia y paciencia, aunque a veces parezcamos lentos, obtendremos siempre el éxito.

El autor es técnico en Comercio Exterior de la Secretaria de Estado de Industria y Comercio. Las opiniones aquí expresadas no comprometen la posición oficial de la SEIC.