La primada Universidad de América, nuestra querida UASD, esta semana le rindió un solemne homenaje póstumo a mi padre, el Dr. José Silié Gatón, en razón de la apertura del Seminario Académico «Calidad de la Democracia, Ley de partidos, agrupaciones, movimientos políticos y normativa de la República Dominicana”. Este seminario procura un mejor país, contribuyendo al fortalecimiento de la democracia, por más ética en la política, más democracia, desarrollo integral e incluyente. El muy concurrido evento fue celebrado en el Paraninfo de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. Esa noche la califico de excelsa, en razón de los agradables juicios sobre mi padre, de todos sus amigos, que distinguidos profesores y maestros emitieron y deseamos agradecerlo de corazón.
En ese sentido, cito las palabras del Dr. Antonio Medina, Vicerrector de Extensión de la UASD: «José Silié Gatón es un hombre que sigue siendo un paradigma a emular, pues ha trascendido por todas esas virtudes que lo adornan, como hombre de bien, fiel creyente en Dios y apegado a esos principios universales puros y sanos, que forman parte de su fortaleza y lo han hecho merecedor de los más grandes elogios».
El Dr. Julio César Castaños Guzmán, presidente de la Junta Central Electoral. nos dictó la conferencia sobre la nueva ley de partidos, como acto inaugural del concurrido seminario dedicado a mi progenitor. En dicha ilustrativa conferencia señaló con valentía los retos que le esperan al país y a la institución electoral por la complejidad en que se han tornado los torneos electores. Él por igual se refirió con mucha magnanimidad sobre mi padre que queremos públicamente, tanto mi hermana Celeste como yo, darle también las gracias nueva vez. El Dr. Castaños, muy amable, nos obsequió estando sentado junto a él en la mesa principal, un ensayo de su autoría, con prólogo de mi padre. En algún momento lo hojeé mientras un coro de hermosas voces interpretaba bellísimas canciones. Mi padre escribió: «El autor nos deja ver que en una sociedad política del estilo del siglo XXI, se requiere del cumplimiento de normas éticas que hagan viable su desarrollo con dignidad y decoro. En este ensayo, el autor llama a las élites políticas a contribuir con su esfuerzo, al fortalecimiento de la democracia bien entendida… En el fondo, es una reafirmación del criterio del autor en el significado virtuoso de la política, dicho con un corte religioso, que bien sirve a los políticos del siglo que discurre, como un llamado a la verdad, la justicia, el honor, la transparencia y la templanza».
Esa noche con la participación de mis cinco sentidos y al escuchar los honrosos juicios de sus colegas jurídicos sobre su vida, volví a «ver» a mi padre flotando en aquel ambiente cual etérea nube de amor, reviví su filosofía de vida, la del devenir y la transcendencia frente a las menudencias humanas. Una filosofía basada en la inmanencia de practicar lo que pregonaba, él hablaba con el ejemplo de una vida digna basada en la decencia, la ética, la moral, la bondad y el correcto proceder. Esos buenos amigos hicieron a todos los «Silié» entender que su actividad incansable de creer en el hombre, con la más incondicional entrega a la vocación de la enseñanza, con un inmenso amor prodigado a todos queda y trasciende. Asimismo, esa noche confirmé con gran honra que su obra no ha sido en vano, que él vive porque se le recuerda y que muchas de las semillas por él plantadas cayeron en buen terreno y que puede estar seguro de que la inmanencia de la vida terrenal no lo es todo, si no se logra la trascendencia. Este acto de verdadero amor de esta semana así lo confirma. Gracias del alma, a todos los que tuvieron presentes en el mismo.