¿Dr. Silié, cuándo tendré Alzheimer?

¿Dr. Silié, cuándo tendré Alzheimer?

Esta es una pregunta obligada de algunos familiares, cuando le hacemos el diagnóstico a su pariente de esta enfermedad de la memoria. El pasado domingo “conversamos” sobre su historia, de una nueva medicación, el “Aducanumab”, y de las grandes inversiones que se hacen a nivel mundial en la búsqueda de una terapéutica efectiva para tratar esta enfermedad que afecta a más de 20 millones de personas en el globo terráqueo. Recordemos la película “Still Alice” (Siempre Alice) del pasado marzo, que relata la historia verdadera de una prominente profesora de lingüística, a la que le hicieron el diagnóstico de esta enfermedad de la memoria teniendo apenas 50 años.

Solo el 1% de los casos de Alzheimer son prematuros, es decir los de aparición sintomatológica antes de los 65 años, donde todos esos procesos tempranos sí tienen siempre una causa genética. Se estima que sólo 500 familias en el mundo tienen una de las tres mutaciones genéticas asociadas a los casos precoces. Son varias las manifestaciones iniciales de las demencias, entre las que se encuentran: la pérdida del “hilo” de los pensamientos y de las conversaciones. Es muy común la llamada afasia nominal, la persona es capaz de decir que se utiliza para beber agua, pero es incapaz de decidir “vaso”. Al estar manejando o caminando hacia algún lugar, se presentan episodios de –quedarse en blanco- y tiene que volver sobre sus pasos para reconectar, con “desconexiones” episódicas de su entorno. Repite reiterativamente cosas que ya ha mencionado, pregunta insistentemente sobre temas que ya se les han explicado. El listado de manifestaciones van, desde enlentecimientos motores, cambios del “humor” hasta problemas de sueño. En este sentido en la prestigiosa revista de mi especialidad, Neurology de este abril pasado, en una investigación llevada a cabo en el Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York, se relacionó el roncar mucho y la apnea de sueño, con disminución de la memoria y alteraciones tempranas de la cognición cerebral, que son esas funciones superiores que nos hacen ser entes sociales: las memorias, cálculos, orientación, abstracción y lo emocional.

Existen los llamados síntomas neuropsiquiátricos de las demencias, que incluyen “psicosis” (delirios y alucinaciones) agitación, agresión, depresión, ansiedad, apatía, bizarras desinhibiciones (sociales y sexuales, con conductas inapropiadas e hipersexualidad) trastornos motores, comportamientos nocturnos anormales como la deambulación e inversión del sueño, perturbaciones del apetito y la alimentación. Si realizamos una historia clínica exhaustiva, podremos confirmar que algunos de estos síntomas estuvieron presentes desde que se iniciaron las alteraciones de la memoria y quizás muchos meses antes.

Si tuviera yo respuesta a la pregunta inicial, de seguro ya habría recibido el Nobel de medicina, es decir, que no sabemos con precisión cuándo se iniciará o mejor dicho cuándo se hará evidente otro caso en una misma familia. Disponemos de la genética, de biomarcadores, de la valoración del Líquido cefalorraquídeo, de la resonancia magnética espectroscópica y de una serie de muy efectivos test psicológicos. Al momento el uso de un agente químico (contraste) el dubbed Pittsburgh Compound-B o PIB, en la resonancia, nos permite detectar las letales placas amiloideas que destruyen nuestros cerebros en esta devastadora enfermedad de la memoria, hasta 10 años antes de que se expresen los aspectos clínicos liderados por la pérdida de la recordación. Me pregunto, ¿es ético, moral, práctico y económico, poner a un paciente unos 5 ó 7 años en medicación preventiva, persona que aún no ha presentado síntomas floridos de la enfermedad, en una terapia de prevención, máxime en nuestro medio, donde la seguridad social tiene mala cobertura?. Sí, porque nadie quiere “desconectarse”, nadie quiere encloquecer. Bien sabemos que los diabéticos, epilépticos e hipertensos, toman su medicina de por vida. Está demostrado, que a más temprano inicio medicamentoso, mayores serán los beneficios. Esperemos el nuevo medicamento, el Aducanumab, que promete actuar directo en las alteradas proteínas que causan este temido Alzheimer. Deseamos felicitar a la señora Ylonka Matos y a toda la directiva de la Asociación Dominicana de Alzheimer, por el éxito el pasado miércoles de la conferencia del Sr. Pablo Barredo. Los asesores científicos de la Asociación, doctores: Daysi Acosta, Dagoberto Güilamo y un servidor, estuvimos presentes.

 

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