Oriundo de Las Matas de Farfán, provincia de San Juan de la Maguana en el Sur profundo, el Dr. Tirso Roa Castillo, médico internista con especialidad en cardiología y largo ejercicio profesional, es un prominente galeno que honra la medicina nacional.
De trato exquisito y condiciones humanas excepcionales, el Dr. Roa Castillo tiene su consultorio en la emblemática clínica Abel González de la avenida Independencia, donde prácticamente hay que hacer filas para ser tratado, debido a la fe y confianza que le tienen sus pacientes.
A pesar de su disciplina militar en su condición de general de la Policía Nacional, en cuyos hospitales ha prestado sus reputados servicios, Roa Castillo es un hombre afable, servicial y humano.
En una época en que la medicina se ha convertido en muchos casos en un verdadero negocio y donde prima la indolencia, la negligencia y lo mercurial, hay que resaltar la labor de los médicos que como Tirso Roa Castillo cumplen al pie de la letra con el llamado juramento hipocrático, que aunque escuché decir al Dr. Humberto Salazar, magnífico comunicador y facultativo, que eso no existe, las reglas éticas y morales sí en cualquier profesión del mundo.
Para los pacientes de escasos recursos económicos que no pueden cubrir los costos de sus tratamientos, el Dr. Roa Castillo tiene la Fundación Nacional de Cardiología y Asistencia Médica (FUNDACAM) que ha ido en auxilio de centenares de dominicanos, muchos de los cuales han salvado la vida.
El Dr. Roa Castillo ha recibido decenas de reconocimientos por su exitoso trabajo profesional y condición de hombre de bien preocupado por la salud y suerte de su país. ¡Honrar, honra, honrémoslo!