Dramático impacto económico y humano de la inseguridad ciudadana

Dramático impacto económico y humano de la inseguridad ciudadana

En su informe “Seguridad Ciudadana con un Rostro Humano”, el PNUD nos muestra un escenario verdadera y trágicamente dramático del costo en lo humano y económico del fenómeno de criminalidad y delincuencia en nuestra región.

Es algo muy divulgado el hecho de que América Latina y el Caribe constituyen la región de mayor desigualdad del mundo – la diferencia entre lo que reciben los más pobres y lo que obtienen los más ricos – y aunque son múltiples los factores que inciden en los niveles delincuenciales, lo cierto es que la región clasifica como la “más desigual y más violenta” y que ese nivel de inseguridad se levante como un gran obstáculo para impulsar el desarrollo socio – económico de nuestros países lo que explica la paradoja contrastante de crecimiento económico (promedio 4.2% de 2000 al 2010) y reducción de la pobreza (70 millones menos de pobres en ese mismo lapso) y, a la vez, aumento de la criminalidad. En tanto en otras regiones disminuían los homicidios en América Latina ascendieron a más de 100 mil anuales y un millón en esa década. Brutal y dramática catástrofe humana.

Ello explica el porqué los latinoamericanos tienen, señala el Informe, “la percepción más baja de seguridad a nivel mundial”, registrándose, como promedio, que una de cada tres personas declara haber sido víctima de una actividad delictiva violenta.

Un indicador espeluznante que se mide es el de la cantidad de años de vida que cuesta el crimen, con lo que se puede apreciar que la inseguridad lleva a la pérdida de 300 millones de años de vida en solo un año. Veamos, si en un país determinado la esperanza de vida es de 78 años y una persona es asesinada a los 25 años ello significa que se perdieron los 53 años más que hubiera podido vivir; si hacemos el cálculo para cada asesinato tendríamos cuántos años de vida robó el crimen a un país. Con referencia a la información de 15 países de la región en el 2009, América Latina perdió 331 millones de años de vida, nos estremece el Informe del PNUD con este dato.

También terribles son las consecuencias económicas que sufre la región por la inseguridad. Se calcula que si no se hubiera tenido el ritmo señalado de homicidios el PIB regional habría crecido un 0.5% más lo que para el 2009 habría representado unos 24 mil millones de dólares adicionales. Agréguense los costos directos e indirectos de la delincuencia: enrejados en las casas, pago de seguridad privada, etc., más la inversión social en cuerpos represivos (preventivos), tribunales, centros de reclusión, etc. Con esas partidas a que están obligados los gobiernos se recarga el PIB representando un 2.5% en Costa Rica y hasta un 10% en Honduras.

Se explica un círculo vicioso infernal: hay más delincuencia porque hay pocos recursos para inversión social y hay poca inversión social porque la delincuencia absorbe una buena parte del PIB.

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