AUGUSTO DUARTE CAMILO
¡Dominicanos, hoy celebramos el nacimiento del patricio Juan Pablo Duarte! Recordemos siempre este memorable día y conservémoslo en nuestra memoria como momento imperecedero de los laureles que recogen los que luchan por su patria y la soberanía de los pueblos como fue el más grande de todos los dominicanos Juan Pablo Duarte.
Y es hoy muy propicia la ocasión para recordar a Duarte, hoy que la Patria se encuentra llena de incertidumbres, donde la nave de nuestro destino parece más perdida que nunca. Tenemos que buscar de fortaleza cívica y de inspiración patriótica en aquellos sitios que permanecen como hitos inconfundibles en la historia dominicana.
Como San Juan de la Maguana, es uno de esos tabernáculos de la fe nacional, porque ahí se dieron cita el patriotismo y la hidalguía para convertir esa región en arca de virtudes patricias, donde se selló con sangre la Independencia Nacional. Si por algo debo dar gracias a Dios, es por ser descendiente de una familia como la del patricio Juan Pablo Duarte, dotado de un prodigioso humanismo.
Tenemos, las generaciones presentes, que levantar su legado a lo más alto del espacio y proclamemos todos los dominicanos que al fin llegó la hora de sacudir la abulia, y la desidia y trasponer los horizontes infinitos de los héroes y tomar el Olimpo por asalto, y allí, entre los inmortales, sacudir con orgullo merecido las cadenas que por tantos años nos aprisionan la conciencia y la voluntad de ser nación.
Duarte, como Moisés, fue abismado por las pérfidas persecuciones de los judas de la Patria, que terminaron llevándolo al ostracismo a los Llanos del Apure en la hermana República de Venezuela, como si la providencia divina eligiera la tierra del Libertador, para que fuera testigo de la gloria de estos dos elegidos.
La hora es de grandes peligros para la Nación ante la conjura que se avizora en el horizonte en contra de nuestra Patria por aquellos que nos sometieron ayer y pretenden someternos de nuevo y desconocer la fundación de nuestra República, tratando de imponernos la integración con el vecino Haití, ignorando que somos pueblos con diferentes culturas, y que donde quiera que chocan dos banderas con intereses opuestos, el sentimiento nacional peligra y es allí donde debe estar más celosamente defendida la Patria y más poderosamente integrada nación.
Hoy más que nunca tenemos que abrevar en la fuente de nuestra historia para mantener vivo el ejemplo de nuestros próceres.
En el país laboran fuerzas subterráneas en convivencia con naciones extranjeras que pugnan por disolver las esencias mismas de nuestra nacionalidad y soberanía. ¡Pero eso jamás, jamás podrán lograrlo los eternos enemigos de la Patria!
Aquí está de pie la patria hoy en este memorable día de su natalicio, hoy más firme en sus ensueños redentores, la República que nos dio Duarte, la que anunció Mella con su trabucazo, la que Sánchez santificó con su sangre de prócer. Aquí está la Patria que iluminó el sable de Duvergé en Cachimán, el Número y el Memiso.
Duarte es el inmaculado, que supo con su sacrificio golpear el pórtico de la historia, con la ancha palma de los mártires, pues ahí está su ejemplo imperecedero que deben tomar la juventud, para que la Patria nunca sucumba ni ose ningún intruso mancillarla de nuevo.