Duarte y el patriotismo integérrimo

Duarte y el patriotismo integérrimo

El 26 de mayo de 1844 aunque generalmente discurre sin pena ni gloria, en el pasado fue declarado día del patriotismo integérrimo, en ese histórico instante Duarte enfrentó públicamente el traicionero proyecto de protectorado y cesión de la península y bahía de Samaná a Francia. Hasta ese momento el debate se desarrollaba en los corrillos internos de la Junta Central Gubernativa. Este organismo el 8 de marzo suscribió una nota secreta con la mentada propuesta a Francia, tras el retorno de Duarte se inició el rechazo a este plan que planteaba cercenar la soberanía de la recién nacida República. Los reaccionarios, esgrimiendo el fantasma de un posible avance de los haitianos, decidieron realizar una asamblea pública el 26 de mayo para exponer el tema a la población.

Periodistas franceses cubrían las informaciones sobre el proyecto próximo a refrendar, el periódico parisino “Journal Des Debats” reseñó lo acontecido: “La sesión de la Junta el 26 de mayo, fue abierta por un discurso de Tomás Bobadilla, quien trató de hacer comprender la necesidad de aceptar la protección de Francia, que había sido ofrecida, decía, por el Cónsul de Francia Mr. Juchereau de Saint Denys.

Los Generales Juan Duarte y Manuel Jimenes combatieron directamente esa medida, y declararon que ellos no aceptarían ninguna dominación extranjera, y en consecuencia la oferta de protección de Francia fue rechazada por la Asamblea”. Duarte logró el respaldo de la mayoría de la población contra el proyecto anti-patriótico de los afrancesados.

El Vice-cónsul inglés en Puerto Príncipe, Thompson, envió a su cancillería su versión sobre el incidente: “El Señor Tomás Bobadilla, miembro de la mencionada Junta Gubernativa, abrió los debates expresando que por el estado de empobrecimiento de sus finanzas, la destrucción del comercio y la incapacidad para defenderse durante cierto tiempo contra las invasiones de su poderoso vecino, él creía que lo mejor sería aceptar la protección de Francia en las condiciones propuestas por el Cónsul francés. A esta proposición se opusieron vigorosamente los Generales Juan Duarte y Manuel Jimenes, quienes declararon que nunca se someterían al predominio de ningún poder extranjero, y siendo secundados por una fuerte mayoría la Junta se disolvió inmediatamente”.

Sin dudas ese día del patriotismo integérrimo Duarte desenmascaró ante la población a los promotores de la entrega de la soberanía nacional a una potencia extranjera.

 Frustró la trama de los afrancesados, de acuerdo a la versión de José Gabriel García los reaccionarios intentaron montar una comedia para buscar el apoyo público para su proyecto. Resaltó hasta el obispo Portes e Infantes estaba confabulado: “Pero como este cónclave no era sino una comedia ensayada de antemano, en la que cada una tenía señalado su papel, no tardó en asomar, por boca del cándido prelado, cuya buena fe había sido maliciosamente explotada …”. El Cónsul francés Saint Denys el más acérrimo enemigo de Duarte también envió un informe sobre el histórico incidente: “Bobadilla rindió a la asamblea de los asuntos políticos de la república, y comunicó sobre la propuesta hecha a Francia del Protectorado lo único que en el estado actual del país podía salvar la joven república e impedir una invasión de los antiguos opresores del oeste. Una oposición dirigida por el Sr. Duarte y algunos otros “exclusivos” (que quieren la exclusión de los extranjeros) se manifestaron en seguida ante la asamblea. Se quería un simple reconocimiento de parte del gobierno francés …”.

Los afrancesados tienen que optar por una posición defensiva en aquellos momentos ante la apabullante actitud de Duarte contra sus planes anti-nacionales, que Saint Denys tildaba de “exclusivismo”. Esto conllevó al desarrollo del primer golpe de Estado revolucionario en el país, producido el 9 de junio para desplazar a los reaccionarios de la Junta Central Gubernativa, lamentablemente errores tácticos principalmente con José Joaquín Puello impidieron el desarrollo de la nueva Junta Revolucionaria.

Es obvio que Duarte fue un celoso defensor de la soberanía nacional en todos los instantes; ese es el Duarte de carne y hueso de verdad, que todavía se nos quiere escamotear. Permanece incólume la lucha contra la desmedida ambición de poderes extra-nacionales que siempre han perseguido engullirse nuestras riquezas nacionales como pretendían con Samaná en 1844. Por eso se insiste en negar a este Duarte anticolonialista, y se pretende seguir vendiéndonos el Duarte Cristo, el Duarte santurrón que corroboraría contratos infamantes como el de Barrick Gold (que si bien se ha logrado mejorar sus condiciones de operatividad que eran abusivamente humillantes, todavía continua siendo un contrato lesivo para el interés nacional) de igual modo el dañino proyecto de Loma Miranda, que pretende explotar la Falconbrige. Duarte no está presente en persona, pero su verdadero legado anticolonial nunca será sepultado, se encuentra hábil para oponerse a estos crímenes contra la dignidad nacional. ¡No podrán extirpar el legado anticolonialista de Duarte!

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