Duelo de titanes

Duelo de titanes

Hoy debe definirse quién superará a quién en esta larga, costosa y dura campaña de dos titanes del PRD. Pase lo que pase, ninguno de los dos candidatos debe olvidar que la cordura y la sensatez tienen un alto retorno político, mientras la intolerancia y el sectarismo los entierra definitivamente. Intentar hacer líos o cuestionar los resultados electorales es una aventura extremadamente peligrosa que jamás será perdonada por la militancia perredeístas y el pueblo dominicano. Un 99% de esa militancia quiere salir airosa de esta convención, gane quien gane y quieren luchar por el triunfo electoral en el 2012. El que piense lo contrario vive en otro planeta.

Ambos candidatos deben reflexionar cuidadosamente cada paso que den después de la convención porque este no es el final de su carrera política, en caso de perder. Los asesores comprometidos con una u otra tendencia, deben igualmente aceptar los resultados con humildad, porque ya no hay cabida para los juegos sucios ni las tramas maliciosas.

La verdad es que en esta convención del PRD se está jugando la Presidencia de la República porque el país está hastiado de la arrogancia, ineptitud y corrupción de este gobierno. No se sabe cómo terminará Leonel Fernández su gestión, pero estamos seguros que lo hará con anemia crónica, cojeando y con muletas. Un ejemplo de ese desgaste es el desafortunado y ampliamente criticado discurso presidencial del 27 de febrero. El hombre perdió la brújula.

Definitivamente, el panorama no puede ser más aterrador. El acuerdo con el FMI está en el limbo ya que la metas más importantes para el 2010 no se cumplieron. Cerramos el año con un déficit fiscal de RD$53.6 mil millones (usando cifras del Ministerio de Finanzas), una deuda eléctrica de US$140 millones por encima de la meta y un déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos que cerró sobre el 8%. Todos estos indicadores violan el referido acuerdo.

Por su parte, la deuda pública, rondando los US$21 mil millones, ya no deja mucho espacio para seguir financiando el despilfarro y el clientelismo de este gobierno, convirtiéndose en una amenaza para la sostenibilidad fiscal. Lo más grave es que el Presidente mintió en su discurso al decir que el déficit era de RD$40 mil millones (2.3% del PIB) y mintió también sobre la deuda.

Pero ahora viene lo peor. Con una agricultura decadente, el petróleo sobre los US$100.0 el barril y como importadores netos de casi todo lo que consumimos, la presión alcista sobre los precios internos de todos los bienes y servicios, la energía y el transporte se mantendrán por el resto del año, generando seguramente fuertes protestas sociales.

Además, no tenemos reservas alimentarias suficientes ni planes oficiales para asegurar un suministro adecuado en caso de emergencia ya que las comisiones que se cobran por importar esos bienes obstaculizan cualquier intento por mejorar la producción y la productividad agropecuaria.

Como importadores netos de casi todo lo que consumimos y con los déficits existentes, el peso se devaluará gradualmente aunque intenten represarlo con reservas. Las demandas salariales se intensificarán y con ello la inflación, ya impactada por los precios externos.

A todo esto se va a desatar el lío de los pastores a lo interno del PLD por el rechazo del Presidente a la candidatura de Danilo Medina. La confrontación será dura y las heridas profundas.

Por estas razones y si todo sale bien, la convención del PRD define en gran medida al próximo Presidente de la República  sin obviar que el PLD aun perdiendo, mantendrá una alta cuota de poder desde la oposición.   

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