¡Dueño de su destino, capitán de su alma!

¡Dueño de su destino, capitán de su alma!

-8/8-

Con esta entrega cerramos el ciclo sobre la revolución digital dedicado a Pepín Corripio y al formidable equipo del periódico Hoy.

El desafío tecnológico, como lo hemos especificado, es sustancialmente mayor para los países emergentes que para los avanzados. Y aún así, es difícil, porque el mundo está demandando habilidades personales nuevas para los que están entrando al mercado de trabajo. Algunos países latinoamericanos como Colombia, Chile, Brasil, Ecuador, México están enfrentando, con decisión las demandas de la revolución tecnológica, aunque el proceso presenta ciertas dificultades.

Lo sorprendente es lo que ocurre en parte de África: hace 10 años apenas tenía celulares. Un estudio en profundidad sobre África, realizado por McKinsey, señala que Kenia, Mozambique y otros, están ejecutando un plan a corto, mediano y largo plazos buscando adecuarse a la realidad de un mundo cada vez más tecnificado, mientras otros, como Sudáfrica, Marruecos y Nigeria, utilizando la incubadora, avanzan hacia la consecución de un “centro de innovación digital”.

Rol de la incubadora

Ha sido vital, en el proceso de creación de pequeñas compañías tecnológicas en los Estados Unidos, las incubadoras. ¿Cómo funcionan?, de la siguiente manera:

1. Una rigurosa selección, entre miles de participantes, realizada por un equipo de alta calificación y con asentado éxito en el mundo tecnológico.

2. A los seleccionados se les requiere vivir en el mismo lugar creándose un proceso de emersión acorde a las exigencias de los proyectos.

3. Los estudiantes, en grupos de dos o tres, reciben tutorías continuas de empresarios digitales con grandes éxitos. Las noches se emplean para intercambiar reflexiones sobre los diversos proyectos que cada persona desarrolla.

4. Al final del período, generalmente cinco meses, se escogen aquellos participantes que recibirán respaldo para llevar a cabo su start-up.

5. La incubadora obtiene, como pago, el 10% de las acciones de la compañía formalizada. Ya existen más de 400 incubadoras en Estados Unidos, en general, cerca de los grandes centros universitarios.

Virtualmente, todo el mundo se sorprende de que nuestro país, siendo tan pequeño, tenga una proporción tan alta de peloteros en grandes ligas. Es indudable, que el talento ha sido muy importante, pero no el único factor. La República Dominicana tiene muchas incubadoras de béisbol, desde hace más de 20 años, operando de esa manera y utilizando el secreto de la incubadora: la reclusión, que permite a los protagonistas concentrarse en su labor, acentuando la competencia.

Ahora está ocurriendo una gran movilización en todos los sectores sociales, en procura de una política educativa que conduzca a la adquisición de las habilidades que necesitamos para enfrentar los desafíos de la revolución digital y tratar de mejorar los problemas de nuestra competitividad.

Los países latinos, en su mayoría, siguen el proceso tradicional de aprendizaje, sustentado, fundamentalmente, en la memoria. Pero para dar el gran salto cualitativo, deben, profesores y estudiantes, observar lo siguiente:

1. Imbuir a los protagonistas del sector educativo en el proceso del uso constante del análisis crítico.

2. Hacer conciencia de que la vida es una jornada continua de estudios en la que nunca se termina.

El presidente Danilo Medina es el más llamado, y tiene la voluntad para hacerlo, a crear una cruzada multisectorial para concientizar a todos los dominicanos de la magnitud del desafío tecnológico, pues tiene las instituciones adecuadas (INDOTEL, MESYCT, INFOTEP).

Igualmente, creo, como ha sucedido en China, India, África y la euro zona, que debemos contratar a McKinsey, prestigiosa institución, con el propósito de hacer una investigación que permita establecer las prioridades estructurales y las mejores decisiones a tomar.

Estamos convencido que podemos navegar con éxito si asumimos las hermosas palabras de Madiba: “Que procedamos de tal manera que las alternativas que se usen reflejen nuestras esperanzas y no nuestros miedos”.

El pueblo dominicano, y especialmente sus jóvenes, logrará el empoderamiento, y de nuevo, siguiendo las palabras de Madiba serán “dueños de su destino, capitán de su alma”.

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