Directivos de la Asociación Dominicana de Foodtrucks (ADFT) expresaron que no se oponen a que los ‘foodtrucks’ sean fiscalizados por la Dirección General de Impuestos Internos (DGII). No obstante, plantearon que por las características de esos pequeños negocios se oponen a que sea a través de la instalación de impresoras fiscales.
En una entrevista para HOY, Milton Montero Bello y Felipe Velgara, presidente y secretario de la ADFT, respectivamente, destacaron que el negocio de venta de comida en camiones preparados para actuar como restaurantes rodantes ha tomado un auge en los últimos dos años, representando una oportunidad de emprendimiento para chefs profesionales, chefs amateurs, y apasionados de la cocina que no pueden montar un restaurant en un local por los altos costos que conlleva, además que se ha sumado a la oferta gastronómica dominicana y son una atracción turística más, ya que muchas personas se movilizan de parque en parque para probar las creaciones de estos emprendedores de la cocina.
Resaltaron que como asociación buscan ayudar a encarar el impacto que ese modelo de negocios de venta de comida está generando, apoyando la individualidad, el empredimiento y la venta cruzada para lograr un crecimiento positivo y sostenido del negocio de los foodtrucks/yo cocinas móviles en la economía dominicana.
Indicaron que en la actualidad están operando unos 20 parques que alojan estos negocios, ubicados en su gran mayoría en Santo Domingo, Santiago y zonas turísticas del Este (Bávaro y Punta Cana), los cuales alojan a unos 160 ‘ food trucks’, que generan aproximadamente 1,000 empleos directos, además de otros indirectos por el impacto que tiene en la cadena de suministro de alimentos, bebidas, desechables y otros materiales e insumos.
Dijeron que por exigencia de los clientes en su mayoría aceptan pagos con tarjetas de crédito o débito, lo que significa que los propietarios de esos pequeños negocios móviles están formalizados por la DGII, además de que para pertenecer a la ADFT la formalización es uno de los requisitos.
En tal sentido, agregaron que pagan impuestos, pero se oponen a la instalación de las impresoras fiscales, tras argumentar que por las condiciones de movilidad en la que operan el uso de esos equipos es complicado.
Indicaron que para el buen funcionamiento de las impresoras estos pequeños negocios necesitarían conexión fija a energía eléctrica, uso de Internet con alta capacidad y menos vulnerabilidad a la condiciones atmosféricas, ya que un día de lluvia representa bajas ventas.
Resaltan que ya de por sí los costos operacionales de esos negocios son altos, ya que solo la renta de un espacio en un parqueo privado representa el 25%.