Dulce Navidad, sin calorías

Dulce Navidad, sin calorías

Turrones, bombones, frutos secos, polvorones, mantecados, frutas desecadas y escarchadas, chocolates, refrescos, zumos. La lista de comidas y bebidas que endulzan las Fiestas es interminable, como interminable es la cantidad de calorías que pueden aportarnos en muy poco tiempo si no se consumen con moderación.

No se trata de sufrir, privándose de los dulces que más apetecen, sino de disfrutarlos, pero controlando el tamaño de la ración.

Además, hay que tener en cuenta que el azúcar, uno de los ingredientes que más engordan y menos nutren, no siempre se halla en los dulces como cabe esperar. Esta fuente de «calorías vacías» también se oculta en infinidad de productos no dulces, pasando inadvertido para el paladar, pero no para el metabolismo.

Estos son los consejos de los expertos en nutrición para mantener bajo control las calorías del azúcar.

Turrón con moderación

Uno de los ingredientes básicos de este emblemático dulce navideño, las almendras, tiene un alto contenido de grasas vegetales poliinsaturadas, las cuales ayudan a mejorar el perfil de las grasas y reducen los niveles de colesterol en la sangre.

Además, este alimento es rico en vitamina E, selenio y fitoesteroles, unos compuestos antioxidantes que también benefician la salud cardiovascular. El único problema del «rey dulce de la Navidad» es su alto aporte energético, por lo que se recomienda no abusar de ellos. Se calcula que unos 100 gramos de turrón, aportan unas 500 calorías.

Dulces caseros

Sustituya los ingredientes más calóricos, como la mantequilla o el azúcar, por edulcorantes, margarina «light» o productos lácteos desnatados. Una buena opción de postre apetitoso y menos calórico, es una crema batida de frutas, manzanas asadas y piña al natural. Muchas veces lo más atractivo de una comida dulce es su presentación.

Cuidado con los dulces, «son lobos disfrazados de ovejas»

Cada vez hay más variedades de turrones y otros dulces navideños en cuyo envase se lee «con fructosa» o «sin azúcar», pero no siempre se trata de productos con menos calorías. Si se utilizan edulcorantes como la sacarina, el aspartamo, el ciclamato o el acesulfamo, es posible que tengan menos calorías, pero no ocurre lo mismo si llevan fructosa, una azúcar que se extrae de las frutas y que si bien es más nutritivo,  resulta igual de energético que el «azúcar blanco»de caña o remolacha. Asimismo, algunos edulcorantes como el sorbitol, el maltitol o el xilitol, aportan una respetable cantidad de calorías.

Cómo disfrutar las frutas secas y desecadas

Una buena alternativa a los típicos dulces navideños, son los frutos secos, como las almendras, piñones, nueces o «peladillas», así como las frutas desecadas, como los dátiles y pasas, todos los cuales contienen grasas saludables, vitaminas y minerales, sin olvidar que son alimentos muy energéticos, que conviene «disfrutar sin abusar».

En cambio, conviene evitar las frutas escarchadas, glaseadas o caramelizadas, verdaderas «bombas calóricas», concentrados de azúcares simples, que amenazan el peso corporal y la dentadura.

Zumos que suman kilos

Los jugos frutales alegran el paladar y su origen vegetal sugiere que tienen efectos saludables, pero muchos son verdaderos concentrados de azúcares. De fresa, mango, piña, melocotón, limón, solos o combinados: todas estas bebidas, envasadas en cartones o botellas, son bombas energéticas que hay que tomar con moderación.

Las bebidas más azucaradas y altas en calorías, son las de manzana, y equivalen casi a tomar un refresco de cola. Además, las galletas y mermeladas etiquetadas como «endulzadas con zumo de fruta concentrado» pueden parecer más saludables, pero no son mejores. Cuando el zumo de una fruta se concentra y emplea como edulcorante, sus componentes nutritivos se eliminan y sólo queda el azúcar y sus calorías.

Fruta: la mejor opción para el ansia

Cuando «el cuerpo pide una golosina»,  la mejor elección siempre es la fruta, que constituye la forma más saludable de ingerir azúcares y satisfacer el deseo natural por saborear alimentos dulces.

A igual cantidad de calorías, el azúcar natural de la fruta se aprovecha mejor y engorda menos que el azúcar común. Por ejemplo: una manzana grande, de unos 200 gramos, contiene unos 25 gramos de azúcar, el equivalente a una cucharada de azúcar de mesa. Además, el azúcar de la fruta aporta vitaminas, minerales y fibra, facilitando así el metabolismo y la digestión de estos alimentos.

Si le apetece el dulce: ¡coma fruta! Nunca llegarán a la cantidad de calorías de un bollo o de un chocolate, los cuales, además, en su fabricación siempre llevan otros productos, como grasas, huevos, conservantes y edulcorantes, que multiplican por cuatro el número real de calorías. EFE – REPORTAJES

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