La insuficiencia venosa es la incapacidad de la venas en conducir un flujo de sangre de manera retrograda (cardiopeto).

Es la patología degenerativa vascular que con mayor frecuencia afecta a la población mundial, ataca de manera directa al mundo industrializado y es la enfermedad más discapacitante de la época moderna, ya que la provoca uno de los mayores problemas del sector laboral en el que podemos observar un alto índice de absentismo y de cambios de los trabajadores, debido a que las condiciones de trabajo, en la mayoría de las veces, no son favorables.

Las enfermedades venosas tienen, indudablemente, un impacto socio-económico muy importante debido al elevado número de personas que las padecen, a su morbilidad y al coste elevado de su tratamiento a causa de la mano de obra especializada necesaria para realizarlo. Su prevalencia en países occidentales industrializados es tan alta que constituye una gran carga social en términos de coste de cuidados de salud, de bajas laborales y de disminución de la calidad de vida, siendo una enfermedad crónica que conlleva gastos de seguros médicos y de los propios afectados.

Aproximadamente la mitad de la población mundial adulta presenta señales de enfermedad venosa (mujeres: 50–55 %, hombres: 40–50 %). Sin embargo, menos de la mitad de esos individuos presenta varices visibles (mujeres: 20–25 %, hombres: 10–15 %).

Por ello en la actualidad se han unido esfuerzos con el fin de proveer métodos diagnósticos en ámbito de mejorar los estudios de las patologías vasculares periféricas.

El duplex es considerado unos de los métodos diagnósticos no invasivos más importantes en el estudio de la patología venosa, y ha venido a desplazar otras modalidades de diagnóstico debido a costo y sensibilidad del mismo.

El duplex consiste en realizar de manera sistemática la evaluación del sistema venoso en las extremidades inferiores y con ello la determinación de las velocidades con el fin de detectar problemas a nivel valvular, así como variaciones anatómicas.

El eco doppler venoso es hoy en día el método de elección para el estudio de las enfermedades de las venas. Es un estudio operador dependiente, es decir que su resultado depende de la pericia del explorador, y los equipos en la actualidad cada vez mas modernos, que nos permiten una mejor adquisición de las imágenes en tiempo real.

El eco doppler venoso de las extremidades inferiores es un método diagnóstico de profundas bases hemodinámicas que puede ser complementado en los pacientes que se realizarán procedimientos terapéuticos (cirugía, láser, radiofrecuencia, etc) con el mapa o cartografía venosa.

El eco doppler ha desplazado paulatinamente a otras pruebas diagnósticas debido a su alta sensibilidad y especificidad, a la buena aceptación por parte del paciente, la posibilidad de repetir ante dudas diagnósticas o durante el seguimiento, la disponibilidad en servicios de urgencias, la posibilidad de desplazamiento a unidades de cuidados intensivos, su capacidad para diagnosticar otras entidades clínicas y el hecho de que puede ser realizado e interpretado no solo por personal médico, sino por técnicos especialistas. Todo ello, en definitiva, mejora la calidad asistencial.

ZOOM

Qué saber sobre el estudio

– No emite radiaciones.
– No se necesita sedación o anestesia general.
– Permite hacer una evaluación en tiempo real.
– Se usa un equipo sofisticado con personal entrenado para la obtención de imágenes.
– Su duración es de entre 20 a 30 minutos, salvo algunas excepciones cuando se requiere mapeo venoso o cartografía venosa.
– El paciente no necesita estar en ayunas.
– El paciente no puede tomar medicinas para las várices el día del estudio.
– El paciente puede tomar el resto de su tratamiento habitual antes de acudir (medicamentos para la hipertensión, diabetes, etc).
– El paciente debe traer ropa interior, ya que durante el estudio es necesario retirar pantalones o faldas para evaluar las piernas con el equipo.
Indicadores del estudio
– Pacientes con antecedentes de trombosis venosa.
– Dolor intermitente en extremidades inferiores.
– Edema en miembros inferiores.
– Aparición de varices en el embarazo.
– Presencia de dolor súbito en ambas piernas.
– Pacientes con historia familiar de varices y que presentan algunas manifestaciones de la mismas (arañas vasculares, variculas, varices marcadas).
– Pacientes encamados que presentan dificultad respiratoria.
– Dolor intenso, pesadez o calambres en las piernas.
– Picazón y hormigueo.
– Dolor que empeora al pararse.
– Dolor que mejora al levantar las piernas.
. Hinchazón de las piernas.
– Enrojecimiento de piernas y tobillos.
– Cambios en el color de la piel alrededor de los tobillos.
– Venas varicosas superficiales.
– Engrosamiento y endurecimiento de la piel en las piernas y en los tobillos.