De la variante Ómicron del nuevo coronavirus, al igual que de todo lo relacionado con la pandemia, los especialistas y la población en general aprenden y conocen a medida que el virus avanza y se acumula evidencia científica.
Así, a poco más de un mes de surgida en Sudáfrica, de algunos estudios preliminares y la observación de pacientes pudo saberse que es mucho más transmisible que Delta (alrededor de cinco veces más) y en personas vacunadas con al menos dos dosis muy a menudo desarrollar una enfermedad leve, con síntomas similares a los de la gripe y de corta duración.
Ahora, se detectó que la incubación, es decir, el período de tiempo entre la infección y el desarrollo de los síntomas, también puede reducirse en comparación con las variantes anteriores y sería de tres días frente a lo que se sabía hasta el momento del coronavirus, cuya incubación puede variar entre dos y 11 días, hasta un máximo de 14 días.
Y si bien el período infeccioso (es decir, cuando una persona infectada puede contagiar a otras) puede comenzar uno o dos días antes de que aparezcan los síntomas, es probable que las personas sean más contagiosas durante el período sintomático. En pacientes asintomáticos, se calculan las 48 horas anteriores al hisopado positivo.
En las personas vacunadas con dos o tres dosis se observa una menor duración de los síntomas, que se describen como fiebre, tos o resfriado y pueden desaparecer al cabo de un par de días. Por lo tanto, se asume que también disminuye la capacidad de contagiar a otros.
Los científicos advierten que los datos para estas conclusiones son preliminares y serán confirmados por estudios científicos a gran escala.
En estos datos se basaron varios países alrededor del mundo para acortar los aislamientos. Consultada por Infobae, jefa del Departamento de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, Ángela Gentile (MN 49908), señaló “que la simplificación tanto de contacto estrecho como del número de días de aislamiento para los casos confirmados en personas completamente vacunadas en un lapso que no supere los seis meses (porque recordemos que a los cuatro meses ya se puede recibir la tercera dosis) simplificó el aislamiento y va a permitir mayor movilidad”.
“Todo es dinámico y se irá viendo en el tiempo pero hoy por las características que tiene Ómicron es totalmente acertado ajustar el aislamiento y sobre todo poner en la definición el estatus de vacunación porque se vio que los completamente vacunados tienen menor complicación, menor hospitalización y menor mortalidad y esto se ve en la Argentina y en el mundo. De allí la importancia de tomar conducta de acuerdo al estado de vacunación”, aseguró Gentile.
La variante Ómicron cambió las definiciones de la enfermedad por COVID-19 en la Argentina y el mundo: “La explicación de acortar los días de aislamiento tal como lo indicó recientemente los CDC es que esta variante se caracteriza por un corto periodo de incubación, ya no es como la cepa original que hablábamos de 12/14 días. prácticamente dos días antes del comienzo de los síntomas hay alta carga viral y dos a tres días después aparece el cuadro clínico, o sea es muy corto el periodo de incubación por lo cual también hay que reformular la definición de caso, contacto y aislamiento teniendo en cuenta las características de esta variante”, detalló Gentile.
La infección por Ómicron “no es la misma enfermedad”
Así lo definió John Bell, profesor de Medicina de la Universidad de Oxford y asesor del gobierno de Boris Johnson.
Al ser consultado sobre la incidencia de la nueva variante Ómicron en el curso de la pandemia, Bell añadió: “La enfermedad parece ser menos grave y muchas personas pasan un tiempo relativamente corto en el hospital. No necesitan oxígeno de alto flujo, la duración promedio de la estadía es aparentemente de tres días, esta no es la misma enfermedad que veíamos hace un año”.
Un estudio del gobierno del Reino Unido publicado recientemente sugirió, a través de datos preliminares, que las personas que se contagian con la variante Ómicron del coronavirus tienen entre un 50% y un 70% menos de probabilidades de necesitar hospitalización que aquellas con la cepa Delta.
Además, la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido dijo que se estima que las personas infectadas con la nueva variante tienen entre un 31% y un 45% menos de probabilidades de ser internados en las unidades de emergencia en comparación con las que tienen Delta.