Durban era lejos y se comenta que la organización del evento no logró encauzar las discusiones; por eso las conclusiones fueron apresuradas, poco consensuadas y poco difundidas. Las interminables discusiones cansan, los objetivos no se logran y los científicos son cada vez más escépticos ante la resistencia y la lentitud de las naciones más contaminadoras.

 Los 200 delegados que participaron en la Conferencia Internacional sobre Calentamiento Climático en esa lejana ciudad de África del Sur adoptaron el domingo un pacto que obliga a los más grandes países contaminadores del mundo a tomar medidas para reducir sus emisiones con efecto invernadero (EEI). Dos semanas de negociaciones fueron necesarias para adoptar cuatro puntos que parecían obvios:

1. Una prolongación del acuerdo de Kyoto hasta el 2017 (ya que expira a finales de 2012),  que obliga a  los países desarrollados a reducir sus emisiones de gas con efecto invernadero -por presión de la UE y de los pequeños estados insulares- con el objetivo de no alcanzar un aumento de 2 C de la temperatura del planeta. 

2. La creación de un fondo verde para el clima para los países en vía de desarrollo en sus acciones contra el cambio climático y sus efectos con la posibilidad de la intervención del sector financiero privado para financiar los programas (REDD) sobre cambio y deforestación, lo que recuerda los mecanismos implementados con los canjes de deuda en los años 90 que terminaron en cualquier operación comercial y no ambiental, 3. El inicio de un nuevo protocolo para prolongar el de Kyoto,  con visión hacia el 2020 y una hoja de ruta para el año 2012.

Otra vez, la posición de EE.UU. fue objeto de severas críticas porque quiere emplazar al año 2020 los objetivos que la UE quiere alcanzar entre el lapso 2012-2020 y después reducir drásticamente las emisiones.

 No hay que perder de vista que la negociación sobre el cambio climático se mueve entre la supervivencia de más de trece millones de personas y los intereses de un pequeño sector de los combustibles fósiles y los sectores afines que defiende sus negocios contra las advertencias científicas que ya son en algunos casos realidades ambientales severas (Pacífico y lago Enriquillo).

 El Foro de los Pueblos Indígenas lanzó una declaración política de posicionamiento sobre esos temas para el reconocimiento y respeto de la libre determinación, sobre derechos a sus territorios, asumiendo una posición de vanguardia en su lucha contra las multinacionales y la apropiación de sus reservas naturales.