E-gobierno y tecnología de la información

E-gobierno y tecnología de la información

POR JOSÉ SANTANA
Un número significativo de países han decidido asignar recursos al desarrollo de lo que se conoce como e-gobierno o Gobierno Electrónico. Sin importar el nivel de desarrollo social y económico podemos encontrar ejemplos de países pobres y ricos, incorporando iniciativas de gobierno electrónico.

En ciertos casos, esta efervescencia «tecnológica» se basa en la apreciación errónea de que las aplicaciones tecnológicas dentro del aparato gubernamental son el motor de cambio del gobierno, pero lo cierto es que cuando se asume este proceso de forma inadecuada, muchos de los problemas presentes en el mal manejo de los servicios públicos se manifiestan de manera exasperada en estructuras masificadas, sobre todo, cuando no existe una visión clara sobre lo que realmente es el gobierno electrónico.

De la misma forma en que una gran cantidad de corporaciones asumieron de manera errónea los conceptos de la tecnología de la información dentro de los negocios, de igual manera resultaría inapropiado entender la utilización de la tecnología de la información dentro del aparato gubernamental, como algo separado de la visión de un gobierno eficiente.

Quien no entiende en el 2004 que el papel de la tecnología de la información es parte integral en la creación de una visión a nivel empresarial o del sector publico, permanece aun en la concepción tecnológica de los inicios de los anos 90. Fue precisamente aquella concepción la que hizo crisis, tanto a nivel gubernamental como académico y empresarial, en lo que se conoce como la crisis de los dot com.

Uno de los resultados de la revolución tecnológica de los últimos 15 años, es precisamente el hecho de que no se puede separar la tecnología de la información de los negocios o de igual forma, no se puede asumir eficiencia o competitividad gubernamental con una visión de gobierno donde la tecnología de la información es solo un elemento de apoyo. En un contexto global tanto a nivel de gobierno como de los negocios, la tecnología de la información debe ser parte integral en la formulación de la visión.

La indebida implementación de tecnología de la información en procesos ineficientes, cualquiera que ellos sean (públicos o privados), terminan por agudizar mas la ineficiencia de los procesos.

La conclusión conceptual más reciente e importante en materia tecnológica, tanto en el ámbito empresarial como en el ámbito académico en los estados unidos, es la de entender la tecnología de la información no como una herramienta de soporte, sino como fundamento en la creación de visión. Varios CIOS de corporaciones norteamericanas habían llegado a esas posiciones como individuos con un alto nivel técnico, programadores o especialistas en sistemas, herederos del elemento «técnico» pura y simplemente, pero con una noción pobre sobre los negocios.

A finales de la década de los 90 esa orientación empezó a cambiar y a partir del 2001 empiezan a salir de las universidades norteamericanas un nuevo grupo de profesionales en el área de la tecnología de la información, capacitados no solo en el aspecto técnico, sino también en el financiero y administrativo.  Dos de las universidades más importantes en los Estados Unidos, Columbia University y Harvard University rediseñaron sus curriculums en este sentido, creando programas que vinculaban el aspecto tecnológico con el elemento administrativo.

Debido a este flujo de la década de los 90 en muchos países una gran cantidad de funcionarios públicos ha ido cayendo en una trampa mortal: para ser competitivos, tanto los gobiernos como las empresas deben incorporar como parte integral de sus operaciones la tecnología de la información, pero el proceso de integración de la tecnología de la información con operaciones ineficientes resulta siempre en un fracaso mayor, con mayores costos.

La utilización de mas computadoras no nos hace más eficientes, el gobierno electrónico no es un atajo al desarrollo. Todo lo contrario, la utilización inadecuada de recursos tecnológicos puede terminar en un colapso operacional.

En los países subdesarrollados, la ejecución de políticas de gobierno electrónico debe necesariamente estar acompañada de condiciones particulares de fortalecimiento institucional, continuidad administrativa, control de la corrupción y a un alto nivel de eficiencia/resultados. No se trata ahora de echar a andar proyectos tecnológicos que duran siglos, donde nadie es responsable de los resultados.  En el gobierno, tanto como en la empresa privada, el enfoque esta basado en tasa de retorno competitivas, creación de valor, tangible o intangible, generación de resultados positivos, al menor costo y a la mayor brevedad posible.

A diferencia de cualquier otra industria en los estados unidos, la industria de la tecnología de la información tiene poca regulación o control de estándares. Por ejemplo, todas las compañías farmacéuticas en los estados unidos, necesitan cumplir con un riguroso proceso de aprobación por parte de la FDA para poder sacar un producto al mercado; en contraposición, cualquier compañía de software o hardware en un sótano de «downtown» Manhattan puede crear programas o equipos y venderlos sin ningún tipo de regulación. Nadie va a la cárcel en los Estados Unidos por vender un software que inhabilite su computadora por conflictos de integración con el hardware o falta de memoria. Este fenómeno industrial es uno de los elementos fundamentales que a mi criterio, ha permitido el desarrollo acelerado del sector de la tecnología de la información.

Pero ese fenómeno trae consigo un elemento adicional; debido a lo des-regulado del sector de la tecnología de la información, los empresarios y gobiernos – que antes asignaban recursos masivos y sin temor a proyectos tecnológicos- hoy exigen rigurosidad detallada en cualquier proyecto a desarrollar.

En la República Dominicana, cualquier visión de e-gobierno debería enfatizar esta línea de acción junto a la reformulación de los procesos operacionales de las instituciones publicas y en que forma estos procesos sirven al publico. Una aproximación correcta de e-gobierno, debe estar basada en una visión centrada en los ciudadanos, eliminando trabas burocráticas; centrada en resultados, incrementando la productividad; centrada en la transparencia, fortaleciendo el sistema legal; centrada en la eficiencia, promoviendo áreas prioritarias con máximos resultados a un menor costo y centrada en la igualdad, elevando el nivel de participación de sectores desfavorecidos.  Se trata aquí de combinar las practicas operacionales con el capital humano y recursos para desarrollar una administración sólida y eficiente. En esta visión, la organización gubernamental esta al servicio de los ciudadanos, de los negocios y de las entidades intergubernamentales.

Pero al mismo tiempo esta visión implica una participación transparente por parte de los sectores públicos y privados. Por ejemplo en el caso de la corrupción.

La asunción primordial debe ser entonces delimitada por el entendimiento de que el gobierno electrónico es un proceso que necesita dedicación institucional sostenida, con voluntad política, en el manejo de recursos por parte del gobierno, en alianza con el sector privado y los ciudadanos. Los desafíos de la era actual demandan una revelación de los principios de administración publica si se quiere ser competitivo. Por suerte nuestra, las posibilidades como naciàn en el futuro inmediato están marcadas por un cambio de visión; que esa visión pueda ser entendida y asumida socialmente es el desafío más grande en los próximos años.

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El autor es director del Instituto Tecnológico de Massachusetts

Santana@mit.edu

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