E. León Jiménez: un centenar de sentimientos, un siglo de recuerdos

E. León Jiménez: un centenar de sentimientos, un siglo de recuerdos

Pudieran ser la representación de un centenar de sentimientos, de un siglo de recuerdos o tal vez conmemoración de diez decenios de amores y de ausencia, de dolores y confidencias, de esperas y promesas, de protestas íntimas, personales, políticas, sociales, de merengue y son, de atabales y conuco, de bolero y jazz, de salsa y de tambora, de galleras, longaniza, bilirrubina, guano y manigua, hierbabuena y loma.

Pero son los A100 temas/ 100 voces/ 100 años@ que simbolizan el centenario de la empresa E. León Jimenes en un disco compacto que es historia no sólo por su carácter documental y por el pasado que encierran algunas de sus canciones más representativas, sino por el hito que ha marcado en el acontecer musical dominicano.

Nandy Rivas, que a su polifacético temperamento creativo y artístico agrega su inagotable afición por el canto, concibió el proyecto. José León, presidente del Grupo, un musicómano que tiene la melodía por dentro, quedó identificado con la selección, apoyándola y al mismo tiempo cumpliendo una promesa interior que se hizo cuando apreció, hace años, que en una antología de boleros clásicos sinfónicos internacionales que cayó en sus manos, no se incluía ninguno criollo.

Estos temas, que por ser interpretados por un coro especial, escogido, preparado, dirigido por Rivas, se le antojan con características angelicales. Lo han conmovido.

Desde que tuvo la aprobación de don José, hace más de dos años, Rivas tomó papel y lápiz para buscar un orden a sus evocaciones. No son cronológicas, aunque comprenden todas las épocas. Puede unirlas un sentimiento, un autor, un género, un momento del día, como el atardecer, la luna llena, un festival, la tierra. Porque están agrupadas en impresionantes popurrís que sorprenden por la afinidad que el reputado publicista y antiguo intérprete de Los Solmeños encontró en cada pieza.

En Plenilunio están Moisés Zouain y su Romance bajo la luna; Luis Alberti y Luna sobre el Jaragua; Moisés Zouain otra vez con Ternezas y José Manuel Calderón y Luna. Toda la amnesia de la historia musical está en Contra el olvido: Cuando yo te olvide, de Juan Lockward; Tú no podrás olvidar, de Luis Alberti; Ayúdame a olvidar, también de Lockward y Ayúdame Dios mío, de Mario de Jesús.

El dolor de la ausencia se refleja en Desde que te fuiste, de Bullumba Landestoy; Tú me haces falta, de Armando Cabrera; Evocación, de Papa Molina; Al retorno, de Bienvenido Brens; Concierto en gris, de Nelson Lugo y La ventanita, de Mickey Taveras.

Así, Nandy Rivas, José León, el Grupo León Jimenes, conjugaron el reconocimiento al compositor nativo, la difusión y el rescate de estas canciones, muchas ya relegadas, con el tecnicismo moderno, buscando sintonía, también, en el desamor, la bachata, las guitarras y el baile.

[b]AOtra vueita@[/b]

Una revelación de esos cien temas, cien voces, cien años, es el dúo de Macario y Felipa interpretando a capella Una mariposa se Aaposó@/ a libar la miel en una flor, / desdichada flor, la que escogió/ que no fue miel/ sino veneno lo que jayó@. La singular costumbrista que llenaba los aires vernáculos con su añorado Romance Campesino por la radio, pide a su compañero repetir el lamento con un Avamo otra vueita@ y la dulce reiteración contagia hasta a quien lo escucha por primera vez. Nandy buscaba compañía a Marola, de Luis Días y al Amor de conuco, de Juan Luis Guerra, y se emocionó profundamente cuando Arístides Incháustegui le envió esta joya, virgen, sacada de un programa de La Voz Dominicana.

Como esos sueños y desvelos rurales, hilvanó amores urbanos al unir tres temas En un beso la vida: Como me besabas tú, de José Dolores Cerón; Cuándo volveré a besarte, de Papa Molina y Cuando te beso, de Juan Luis Guerra. Introdujo la entrega en Para quererte, de José Antonio Rodríguez y Manuel Tejada, y Para darte mi vida, de Víctor Víctor, mientras en el renglón de lo Romántico colocó Paraíso soñado, de Manuel Sánchez Acosta; Azul, de Salvador Sturla; Amorosa, igualmente de Sturla y Concierto de amor, de Nicolás Yabra.

En el Merengue Bonito están Dolores, de Manuel Jiménez; Amapola y Ojalá que llueva café, de Juan Luis Guerra. De época más remota, y en Palo de gallera, acomodó El Papujito, de Dionisio Mejía (Guandulito), Giro y Canelo, de Ñico Lora y La Gallera, de Juan Luis Guerra. El Desamor lo representan Mi calle triste, de Leonor Sánchez; Y, de Mario de Jesús; Pesar, de Bullumba Landestoy y No me abandones, de Bienvenido Brens.

De ese modo hay además, ritmos de son, vals, jazz, balada… Son una producción diferente en cada popurrí, un trabajo de grandes sacrificios, pero de entusiasmo, de ensayos y montajes de más de veinte voces acomodadas por la tecnología actual para que sumen cien.

Manuel Tejada, Jorge Taveras, Alex Mansilla, Jochy Sánchez, tuvieron a su cargo los arreglos, dirección musical y coros. Ivelisse Gell, Mariela Mercado, Claudia Sierra, Maridalia Hernández, Adalgisa Pantaleón, Audrey Campos, Dolly García, Katia Rodríguez, Carolina Rivas, Carolina Hernández, Ana Rivas, Sonia Mena, Annerys Cepeda, Anany García, Rosy Miguel, Amarilys Freites, Rando Camasta, Ben Hur Berroa, Henry García, Cecilio Ramírez, Amaury Colón, integraron el coro.

También Missael Mañón, Sercio Ramírez, Marino Martínez, Juan Solares, Álvaro Dinzey, Agustín Heredia, Dichens Salcedo, Luichy Guzmán, Edy Manuel, Marcos Hernández, Pedro Fernández, Gilberto Guzmán, Moisés Javier, Israel Kelly, Juan Rizek, Roger Zayas y Víctor Tolentino. Más de medio centenar de otros artistas participaron en la orquestación.

Para Nandy Rivas, la celebración de los cien años de E. León Jimenes ha sido un regocijo en grande, Adonde ha habido mucha actividad cultural, con exposiciones de pinturas, puestas en circulación de libros, inauguración del Centro León, pero, a toda esa fiesta le faltaba la música@.

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