Echemos las redes

Echemos las redes

El día primero de septiembre  recién pasado, se cumplieron ciento cuatro años del nacimiento del doctor Joaquín Balaguer.  La fecha sirvió para que el partido Reformista,  presidido por el ingeniero Carlos Morales Troncoso, celebrara con una serie de actos conmemorativos este acontecimiento.

El más importante de estos actos fue una misa celebrada en la capilla de la Universidad Católica de Santo Domingo, donde se concentraron cientos de dirigentes y simpatizantes de este partido.

La homilía fue oficiada por el reverendo padre Alonso, rector  del avanzado centro de estudios, quien haciendo galas de su verbo cátedro se dirigió a los presentes con palabras que calaron muy hondo en el sentimiento de los reformistas y balagueristas de corazón.  Haciendo referencia al evangelio de Lucas  5,1-11, que se refiere al milagro de los peces. El ilustre oficiante invitó a los reformistas a “echar de nuevo las redes”, tal como hizo Jesús con Simón (Pedro), cuando éste, defraudado, contemplaba que tras una larga jornada sus redes de pescadores estaban vacías. “Echemos de nuevo las redes” que de seguros verán satisfechos los resultados de esa labor.

El Partido Reformista, sumido constantemente  en contradicciones vagas e inútiles, debería tomar muy en serio los consejos vertidos por el sabio sacerdote,  “Echar de nuevo las redes”, en la conquista del espacio perdido, pero dentro del marco de una política diferente, sin amarres ni ataduras, con sentir unitario y colectivo, con una programación definida y metas especificas capaces de cumplirse con moralidad y decencia, sin golpes bajos ni zancadillas perturbantes. Un escenario como el que nos brindó a los reformistas la homilía del padre Alonso, solemne y sobrio, pero lleno de esperanzas y optimismo, debe de servir para la reflexión a los que tienen la responsabilidad de mantener el principal legado de Balaguer, que es el propio partido.

Recogimos con atención estas sabias palabras, que cerraron el discurso del celebrante en aquella fecha de recordación y homenaje al líder reformista.

“Nunca antes tantos habían aspirados a tan poco”. Al buen entendedor, palabras bastan.

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