Eclipse moral dominicano

Eclipse moral dominicano

HELENA CAIFFARD
Algo que debiéramos tener más en cuenta pero que parece que hemos olvidado es que el Cielo gobierna a la Tierra, y que necesitamos contar con el apoyo de las fuerzas celestiales para que nuestras empresas florezcan.

Para conocer la voluntad del Cielo tenemos muchos medios hábiles que muy pocas personas usan: los oráculos, mediante los cuales podemos contactar los planos divinos o celestes y conocer nuestras posibilidades de éxito o fracaso en nuestras empresas y obtener consejos sabios sobre cualquier asunto que les preguntemos.

Nosotros, que tenemos muchos años consultando uno de los oráculos más famosos no sólo en China donde se originó, sino en todo el mundo, el I ching o Libro de los Cambios, nos hemos beneficiado mucho de sus enseñanzas.

El I Ching es indiscutiblemente uno de los libros más importantes de la literatura universal y en el está condensada la sabiduría china de milenios (sobre todo la del confucionismo y el taoísmo que son las escuelas filosóficas más trascendentales en china), siendo objeto de estudio de los sabios de todos los tiempos, pues permite el acceso al universo cuántico, al campo de todas las posibilidades.

La humanidad no había dedicado su atención al estudio de las leyes del azar hasta que se pasó de la física clásica -un mundo regido por las leyes de causa y efecto, ordenando, lógico, racional, donde todo  es predecible- al de la física cuántica- que estudia el campo de todas las probabilidades, el hogar de todas las leyes de la naturaleza, donde es prefigurado todo antes de manifestarse en el Universo físico donde vivimos-. En el universo mecánico de la física clásica todo es predecible, pues a una causa determinada seguirá un efecto específico, en el que no hay sorpresas pues no da cabida al azar. En el universo de la física cuántica, de la luz, del espacio, se mueven las partículas luminosas en ondas, que no se puede saber por anticipado que rumbo tomaran pues actúan en un campo donde todo es posible, de manera que cualquier cosa puede suceder antes de que la onda se convierta en partícula de luz: es el campo del azar, de la incertidumbre, de lo inesperado, donde actúan todas las posibilidades, a partir del cual se crea la realidad física, se concreta.

Sólo por medio de la ciencia divina, de los oráculos, podemos penetrar en ese universo de lo potencial, de lo manifestado y predecir como actuara la ley natural. Sólo así podemos desde el presente desvelar los secretos del pasado y del futuro y modificarlos.

Si intercambiamos la palabra cielo por la de espacio cántico podemos conectar la ciencia con la religión y lograr que se comprendan y relacionen mejor que es lo que ha estado haciendo ese gran sabio hindú, Maharishi Majesh Yogui, quien además de ser un maestro de yoga es un físico y ha conectado ambas disciplinas.

El I Ching permite penetrar al campo cuántico y así poder predecir el rumbo posible de los eventos antes de estos manifestarse, lo que nos ayudará a actuar de manera más sabia y a evitarnos las consecuencias de acciones erróneas que podemos evitar si conocemos por anticipado lo que nos puede acontecer.

Para conocer acerca de la situación actual de nuestro país consulté el I Ching y su respuesta fue que estamos viviendo una eclipse solar total en el cual «la cortina tiene tan densa plenitud que al mediodía se ven las estrellas polares», y en el cual «el Príncipe se rompe el brazo derecho» y le resulta imposible emprender algo, no por su culpa, sino por las circunstancias en que se encuentra inmerso. Además, que «las empresas traen desventura» y «no hay nada que sea propicio» pues «cuando  Cielo y Tierra nos e unen todos los seres dejan de prosperar». Nos previno también que entra a regir una temporada otoñal para el país, por lo cual debemos actuar como corresponde a una época de declinación y decadencia como es el otoño.

El eclipse de que habla el I Ching es confirmado por el tránsito de Plutón -Dios de los Infiernos en la mitología griega-, que rige sobre la oscuridad y la muerte- actuando conjuntamente con el demonio Rahu del horóscopo natal del país que corrompe la persona y finanzas colectivas de la nación, nefasta combinación esta que confirma el fortalecimiento y generalización de la inmoralidad que estamos observando, la cual se ha exacerbado en los últimos meses coincidiendo con el citado tránsito.

Esta separación del Cielo y la Tierras en nuestro país no es casual, sino casual, y se ha originado en la generalización de la inmoralidad en el país, en que este se ha desviado de la conducta correcta por mucho tiempo y esto no ha sido corregido. No podremos «ir palante» y progresar si no obtenemos el apoyo del cielo otra vez. ¿Cómo podemos lograrlo? Rectificando nuestra conducta y fomentando el bien en la conducta colectiva mediante la educación moral del pueblo. Ojalá que nuestro Presidente, su esposa, y las autoridades gubernamentales de nuestro país haciendo conciencia de esto promuevan la siembra y cultivo de los valores espirituales en todos el territorio nacional pues la mejor vía para lograr tener una mejor nación es formando mejores seres humanos, lo que es urgente para poder revertir el proceso de decadencia moral que nos ha colocado en un camino descendente.

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