El Eco-huerto educativo inaugurado en el batey Bienvenido, de Manoguayabo, Santo Domingo Oeste, por la Fundación La Merced, a juicio de su ideólogo, fray Tomás García, “es una bendición, un milagro, un regalo y un acto de fe. Solamente la fe pudo hacer posible lo que parecía imposible”, afirma el padre García.

Hermosas hortalizas, legumbres, plantas aromáticas y otros vegetales de corto y mediano ciclos ocupan alrededor de 3,800 metros cuadrados y constituyen una ayuda directa para 250 familias y para otras 800 que se benefician indirectamente.

Para que todo sea saludable y en armonía con el ambiente, hacen dos tipos de abono: el anaeróbico (lleva melaza, suero, levadura, hojas secas y verdes; se deja reposar por 35 o 40 días y a un tanque de agua se le pone un galón). El aeróbico es similar pero sin las hojas.

Los cultivos se abonan a partir de las 5:00 de la tarde cada tres días. El proyecto es parte del complejo “Espacio de Recreación y Aprendizaje, ERA” que desarrolla la Fundación La Merced en beneficio fundamentalmente de niños y jóvenes de esa comunidad, situada en una de las zonas más deprimidas de Santo Domingo Oeste.

Esa iniciativa cuenta con el apoyo del Ministerio de Agricultura, a través de la División de Huertos, responsable de las áreas técnica y educativa; el Grupo Ramos brinda soporte económico como parte de su responsabilidad social corporativa.

FRASES

«Este proyecto no solo es una especie de aprendizaje para los niños, sino que va a facilitar que muchas familias se motiven a sembrar vegetales y hortalizas y más cuando esos productos están tan caros…”.

Fray Tomás García,
Fundación La Merced

“Les enseñamos de manera teórica y práctica para que, en armonía con el medio ambiente, se puedan producir cultivos a corto y mediano plazos; podemos hacer productos más saludables y alimenticios; la idea es replicar este proyecto en otros sectores del país que lo soliciten”.

Ramón Alejandro Alonzo
Especialista en producción orgánica de agricultura.