¿Eco terroristas?

¿Eco terroristas?

El informe Planeta Vivo de WWF/Adena asegura que la huella ecológica (el impacto humano sobre el medio ambiente) ha crecido de forma tal, que en 2050 se usará dos veces el valor de los recursos naturales del planeta y esa situación constituye una amenaza para la Humanidad. Quizás porque las explicaciones dadas a la opinión pública o eran muy general (impotencia frente al evento) o se resolvían con obras (diques, desvíos), la situación del lago Enriquillo no fue percibida como una catástrofe climática sino como un hecho normal   y natural y el país no se movilizó. Ya van más de ocho años que el Estado dominicano demuestra su incapacidad, su ineficiencia y casi su desinterés por la situación socio ambiental de esa zona. En la zona del lago se necesitaba la movilización de todos los ministerios, de todas las inteligencias y aportes científicos de todas las Universidades para sensibilizar, para explicar y para tomar decisiones contundentes como se presenció con el paso de Chantal.

 ¿Acaso las ciudades después el paso de Chantal no son las muestras más fehacientes que hay otras prioridades por resolver que un Metro hasta San Luis? Acaso lo que demostró Chantal no es que  necesitamos planes de viviendas sociales y seguras, drenaje pluvial, alcantarillado?  y revisar urgentemente la altura de las aceras que aceleran la velocidad de las aguas y transforman Santo domingo en Venecia? En Los Cacicazgos y en La Barquita.

Algunos  llaman  “eco terroristas” quienes advertimos que la ciudad de Santo Domingo es de insostenibilidad ambiental y social y alertamos sobre la situación irreversible del  lago Enriquillo, producto del cambio climático, lo que ameritaba soluciones excepcionales. Por fin, casi ocho años después, se inicia en Boca de Cachón un asentamiento agrícola para 537 familias pero, se esperó ocho largos años y aún las tierras productivas no están listas, aún no se planteó la desviación y reconstrucción de la carretera Duvergé-Jimaní, aún no se plantea la reubicación de las aduanas y reconstrucción de la carretera Malpasse-Haití en una cota más elevada y fuera de alcance del Lago Azuei. Se  piensa en obras cuando se debió pensar en “proyecto de desarrollo regional” con sus habitantes y su producción para revertir una realidad. ¿La realidad? es la profundización dramática de la pobreza, la sobrevivencia gracias al carbón (que arruina el futuro de las dos naciones) y otras actividades y la dramática migración hacia los barrios de la capital, asegurando el promisorio futuro de “nuevas Barquitas”.

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