POR DOMINGO ABREU COLLADO
Matanza y presiones
La cacería indiscriminada no es la única presión que recibe el Parque Nacional Jaragua, eso lo sabemos todos. Pero resulta una de las agresiones más falta de ética y consideración con la naturaleza.

Entre los problemas señalados por el Grupo Jaragua en contra del parque del mismo nombre están las siguientes:

1. “Cacería indiscriminada dentro, en bancos de palomas coronita y en la periferia, incluso en época de reproducción.
2. Cosecha indiscriminada de pichones, principalmente de palomas coronita.
3. Captura de pichones de cotorra, con la consecuente destrucción del cacheo.  
4. Avance de la frontera agrícola en zonas globalmente importantes para especies, con la consecuente destrucción de habitad críticos para especies en peligro. 
5. Deforestación y extracción de especies, ej. guaconejo, en zonas críticas para especies endémicas y nativas. Esta extracción en grandes cantidades, hasta donde sabemos cuenta con permiso de las autoridades forestales, sin que se conozcan los estudios que avalen la sostenibilidad.
6. Compra de terrenos en áreas de amortiguamiento, para fines no compatibles con la conservación de la zona núcleo.
7. Nombramientos de personal local de áreas protegidas si el perfil mínimo para el puesto.
8. Cancelación sin justificación,  a personal valioso, con muchos años de experiencia.
9. Solapamiento entre personal en trabajos técnicos, contrario a la necesidad de coordinación de tiempo, recursos humanos, espacios y dinero, sobretodo en tiempo de escasez.
10. Ausencia de criterios técnicos, descoordinación y desobediencia a recomendaciones científicas sobre el manejo de fauna en peligro crítico como el Carey.
11. Invasión, destrucción y uso no sostenible en las entradas de algunas áreas protegidas
12. Explotación minera en sitios de alta riqueza y endemismos de especies. Agresión al paisaje natural, a la fauna y a la flora, tránsito violento de vehículos, destrucción de las vías de acceso.
13. Introducción de especies invasoras a las zonas de amortiguamiento de las áreas protegidas
14. Escaso apoyo al personal local.

 Añade Yvonne Arias que “La mayoría de estos conflictos e infracciones están siendo causados por personas ajenas a las comunidades locales (no necesariamente pobres), con mucho poder de intimidación y prepotencia ante los reclamos locales”.

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Liberarán 60.000 tortugas amazónicas para salvarlas de extinción

Lima,  (EFE).- Unas 60.000 crías de tortugas amazónicas “charapas” y “taricayas” serán liberadas en varias playas artificiales construidas en la reserva nacional peruana Pacaya-Samiria, en un esfuerzo por protegerlas de la extinción, informó a Efe el Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA).

La “charapa”, la tortuga de agua dulce más grande de Sudamérica, está considerada como una especie en vías de extinción, mientras que la “taricaya” está incluida en la lista de especies vulnerables.

Desde épocas ancestrales, muchas comunidades de la Amazonía peruanas ingieren los huevos y la carne de estas tortugas, que además se comercializan para la elaboración de potajes y brebajes, así como cosméticos y aceites.

La taricaya se vendía en décadas pasadas en EEUU por menos de dos dólares, pero los embarques masivos a ese país finalizaron en 1975 con la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) y su inclusión en la lista de Especies en Peligro.

Además, los traficantes también arrasan con las madres cuando incuban sus huevos en los bancos de los ríos amazónicos que se forman cada año al bajar los caudales, explicó a Efe el funcionario del Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA), Luis Alfaro.

Al apetito descontrolado del hombre se suma el de otros depredadores naturales, entre ellos, las hormigas, los peces y las iguanas que habitan Pacaya-Samiria, situada en el departamento amazónico de Loreto.

Para proteger a las tortugas, las autoridades peruanas realizan desde hace varios años un programa para liberar a las crías en playas artificiales construidas a lo largo de los ríos de la reserva.

En cumplimiento de ese plan, en los próximos meses se prevé liberar unas 30.000 “charapas” (Podocnemis expansa) e igual número de “taricayas” (Podocnemis unifilis) o “charitos”, como se les denomina en la zona, explicó Alfaro.

El proceso de incubación de estos huevos es actualmente vigilado por un grupo de científicos y lugareños, tras lo cual “los huevos se trasladarán con mucho cuidado” a playas artificiales localizadas “cerca de las comunidades de las reservas”.

Las autoridades peruanas han liberado en los últimos doce años unas 500.000 crías de “taricayas” en Pacaya-Samiria, gracias al apoyo de varias organizaciones de defensa del medio ambiente, entidades estatales y la cooperación internacional.

Alfaro destacó que el proyecto de protección de las tortugas también ayuda a la integración de las comunidades nativas, ya que involucra a “padres e hijos, escuelas y autoridades locales” en el cuidado de los huevos. Destacó que esta medida contribuye a crear conciencia sobre la “defensa del patrimonio natural” del país.

Pacaya-Samiria ocupa el segundo lugar en tamaño entre las reservas de Perú y está habitada por unas 449 variedades de aves, 256 de peces, 102 de mamíferos, 69 de reptiles, 58 de anfibios, y 1.024 especies vegetales silvestres y cultivadas.

Entre las especies en peligro que alberga la reserva figuran el lagarto negro, el lobo de río, el manatí (mamífero acuático), el delfín rosado, el mono maquisapa, la sachavaca o tapir (mamífero terrestre) y el guacamayo rojo.

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Convenio para estudiar diversidad Jaragua-Bahoruco-Enriquillo

El Grupo Jaragua y  el Instituto Tecnológico De Santo Domingo –INTEC- firmaron un convenio de colaboración  para llevar a cabo una serie de iniciativas en busca de recopilar informaciones sobre la biodiversidad existente en el Parque Nacional Jaragua, declarado reserva mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura –UNESCO-.

A partir de la firma el INTEC se compromete, entre otras acciones, a recopilar toda la información existente acerca de la biodiversidad en la Reserva de la Biosfera Jaragua-Bahoruco-Enriquillo, apoyar las tareas de evaluación y monitoreo de la biodiversidad en la zona, Identificar y delimitar los hábitat claves para las especies amenazadas, desarrollar propuestas con base cartográfica de potenciales corredores biológicos que conecten las poblaciones de especies amenazadas y diseñar una base de datos para recopilación de datos de biodiversidad para cinco instituciones nacionales que formarán la Red de Base de Datos de Biodiversidad

Entre otras actividades que desarrollará el INTEC figuran, entrenar al personal designado por las instituciones nacionales que conformen la Red de Base de Datos de Biodiversidad y  desarrollar iniciativas de formación académica o capacitación en temas relacionados a la biodiversidad.

El  convenio contempla además, integrar al INTEC a la Red de Base de Datos de Biodiversidad mediante la concesión al Laboratorio de Percepción Remota de la Universidad de una de las computadoras adquiridas para estos fines, así como cualquier programa o equipo adicional que sea requerido. 

El Grupo Jaragua se comprometió a poner a disposición del INTEC su red de contactos y colaboradores en la zona de la Reserva. También se  integrará a todas las actividades de recolección de datos que sean de interés para el desarrollo de las iniciativas que ambas instituciones acuerden, así como, compartirá con el INTEC  las informaciones que sobre la zona protegida tenga disponible.

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La posición de Medio Ambiente

La Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales emitió la resolución No. 05/2006: Resolución sobre Normativa de Cacería en la República Dominicana, en la que dicta en su artículo 1 (uno): “Queda prohibida toda actividad que conduzca a la captura, muerte, hostigamiento, mutilización o apresamiento de animales de la fauna silvestre, así como la recolección de huevos, nidos, partes y sus derivados, en todo el territorio nacional, a partir de la publicación de la presente resolución”.

Específicamente, la resolución 05/2006 establece permiso para la “caza deportiva” del pato de la florida, el pato cabecilargo, el pato turco, la guinea cimarrona, la tórtola rabiche y la tórtola aliblanca. Las mismas especies se permiten en la llamada cacería de subsistencia.

Entre los artículos de la indicada resolución, el No. 7 es tajante al establecer lo siguiente: “Art. No. 7. No se permite la Cacería dentro de las Unidades del Sistema Nacional de Areas Protegidas”. Sin embargo, los casos denunciados han sido precisamente dentro de dos parques nacionales y, precisamente, en las inmediaciones de bancos de reproducción de aves protegidas, ni siquiera de aquellas aves cuya caza es permitida.

Otras especies que se permite su caza por considerarlas plaga, son las aves “madám sagá”, pájaro vaquero, pecho jabao, monjita tricolor y gorrión casero; y los mamíferos hurón, rata negra, rata de Noruega, bigañuelo, perro salvaje y gato salvaje.