Ecología

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POR DOMINGO ABREU COLLADO
La información aquí vertida se toma íntegramente de la “Evaluación Ecológica Integrada del Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier”, desarrollada en el año 2002 por la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la Fundación Moscoso Puello, con los auspicios de la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID) y la organización “The Nature Conservancy” (TNC), dentro del Programa de Conservación “Madre de las Aguas”, cuyo campo de acción son las áreas protegidas de la Cordillera Central.

El Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier (Valle Nuevo) está localizado en la Cordillera Central, República Dominicana, entre los 18º 36’ 10” y 18º 57’ 52” latitud Norte, y los 70º 26’ 56” y 70º 51’ 44” longitud Oeste. Esta área protegida comparte territorios de las provincias Monseñor Nouel, La Vega, Azua y San José de Ocoa, y ocupa un área aproximada de 900 km2, de acuerdo al decreto 233-96.

La inclusión del Parque Nacional Juan B. Pérez Rancier en el Sistema Nacional de Areas Protegidas data de 1983, cuando el decreto 1315 declaró varias zonas del país como áreas protegidas. Inicialmente se le nombró como “Reserva Científica de Valle Nuevo”, a una zona que desde 1930 ya había sido considerada con condiciones excepcionales y meritorias de un cuidado especial. Esta categoría de manejo estuvo vigente por varios años, adoleciendo de no precisar claramente sus límites. Es en 1996, teniendo como soporte legal el decreto 233, que se reclasifica como Parque Nacional, asignándole un nuevo nombre y estableciendo límites más precisos.

Las condiciones climatológicas de Valle Nuevo están determinadas por los mismos factores que influencian las características del clima de la República Dominicana, esto es, latitud, insularidad, relieve y vientos alisios. Estas condiciones han dotado al área de temperaturas por debajo de lo usual para el país, llegando en algunos meses del año a producirse heladas. Como referencia  aportamos los datos promedios de temperatura y precipitación lluviosa de las siguientes estaciones meteorológicas: San José de Ocoa, 23.5ºC y 1,075.5 mm/a; Bonao, 25.8ºC y 2,139.1 mm/a; y Constanza, 18.2ºC y 1,026.4 mm/a; comunidades cercanas a dicho parque nacional.

Flora y vegetación

En el Parque Nacional Juan B. Pérez Rancier se reportan 531 especies de plantas, de las cuales 401 son espermatofitas y 130 son helechos y asociadas. Estas especies se encuentran distribuidas en 103 familias y 347  géneros. Se registran 138 especies endémicas (30%) de la isla Hispaniola, de éstos, los géneros endémicos “Vegaea” y “Pinguicola” tienen una distribución restringida. “Vegaea” tenía como localidad tipo al Pico del Yaque, en el Parque Nacional Armando Bermúdez, donde fue reportada por primera vez por el Padre Fuertes, y publicada por Urban en 1913. En las últimas exploraciones realizadas en esa área no fue encontrada, por lo que se presume que en la actualidad sólo está en el Parque Nacional Juan B. Pérez Rancier. “Pinguicola”, que había sido reportada en la Reserva Científica de Ebano Verde y en los Parques Nacionales “La Barbacoa” y “La Humeadora”, amplía su distribución a este parque y se documenta como nueva localidad para dicho género. Del total de familias reportadas, 15 son introducidas, estando representadas por 73 especies y 46 géneros (13% del total de géneros de la flora de la zona).

Se reportan para la zona varios tipos de vegetación con variantes locales, lo que obedece al hecho de que este parque abarca diferentes gradientes ambientales: topografía, geología, altitud y temperatura. Estos son: Bosque de Pinos, Bosque Latifoliado, Bosque Latifoliado Nublado con Dydimopanax, Magnolia, Podocarpus y Manaclares.

El análisis ecológico arrojó como resultado que la cuenca del Río Yuna, correspondiente al polígono A, es la que presenta el valor más alto en riqueza de especies de plantas (S=146), seguido por el polígono D (S=137).

Fauna del parque Juan B. Pérez Rancier

En fauna se realizaron estudios de anfibios, reptiles, aves, mariposas, peces y moluscos terrestres. Los diferentes tipos de vegetación donde se establecieron las estaciones de evaluación de fauna fueron los manaclares, bosque de pino, bosque nublado, sabana de pajón y bosque de latifoliadas. Para la región de Valle Nuevo se han reportado 66 especies de aves (41% de las existentes en la  Hispaniola); 48 especies de mariposas (30%); 29 especies de reptiles (18%); y 17 especies de anfibios (11%).

De los 4 polígonos en los que se dividió el área de estudio, el polígono A, correspondiente a la Cuenca del Río Yuna, resultó ser la zona que alcanza valores más altos de riqueza de especies de anfibios y reptiles.

Se reportaron 43 especies de aves, agrupadas en 12 órdenes y 22 familias. De éstas, 17 son endémicas, representando un 63% del total de especies endémicas reportadas para la Isla Hispaniola. De las especies localizadas, 8 están consideradas bajo la categoría de amenazada, entre las que se incluyen el perico (Aratinga chloroptera), cao (Corvus palmarum), golondrina verde (Tachycineta euchrysea) y el pico cruzado (Loxia megaplaga).

El área donde se localizó la mayor cantidad de aves fue el bosque de pino (38 especies), seguido por el manaclar (36 especies). Los valores de riqueza de especies por polígono indican que el polígono B es el que presenta el valor más alto en lo que a riqueza de especies de aves se refiere. De las estaciones estudiadas la que presentó el mayor número de especies en aves fue El Mechesito (estación 5), realzando la importancia de los manaclares para la conservación de este grupo.

Anfibios y reptiles del Parque JBPR

En la región de Valle Nuevo vive el 27% de los anfibios reportados para la Isla Hispaniola (Schwartz y Henderson, 1991), los cuales, en términos taxonómicos, se encuentran distribuidos en tres familias: Leptodactylae, representada por el género Eleutherodactylidae, con 12 especies; Hylidae, con cuatro especies y Bufonidae, con una especie introducida. De las 17 especies de anfibios reportadas para Valle Nuevo, el presente estudio confirma la presencia de 6 especies del género Eleutherodactylus, y adicional una nueva localidad para las especies E. auriculatoides y E. patriciae.

Las estaciones de “Cuevita”, “Cruce de Socaba” y “Pinar Parejo” presentaron igual número de especies de anfibios, con 3 especies en cada una.

En cuanto a los reptiles, el 20% de los reportados para la Isla Hispaniola se encuentra localizado también aquí, distribuidos en nueve familias. La familia Polychrotidae es la mejor representada, con el género Anolis, el cual presenta a su vez 13 especies, de las cuales se colectaron 10 durante el período de estudio. El 100% de los reptiles observados son endémicos de La Hispaniola, y de éstos, la especie Celestus darlingtoni es exclusiva de la Cordillera Central.

El bosque nublado resultó ser el tipo de vegetación donde más especies de reptiles se encontró, lo que se corresponde con el valor más alto de riqueza de especies de este grupo. La estación con más especies reportadas fue “El Mechesito”.

Insectos del Parque

En Valle Nuevo se han reportado 48 especies de mariposas (Schwartz & Wetherbee, 1996). De este total de especies, 13 son endémicas de la República Dominicana, y de éstas, 7 habitan exclusivamente en la Cordillera Central. Durante la Evaluación Ecológica Integral se documentaron 7 nuevos reportes para el área.

Durante el trabajo en el Parque Nacional Juan B. Pérez Rancier se reportaron 16 especies de mariposas diurnas, correspondientes a las familias Danaidae, Heliconiidae, Ithomiidae, Nymphalidae, Papilionidae, Pieridae y Satyridae. Las familias con mayor número de especies fueron Satyridae, con cuatro especies, seguida de la familia Pieridae, con tres especies. De los diferentes tipos de bosques estudiados el que presentó mayor riqueza de especies de mariposas fue el bosque nublado, seguido por el bosque de pino. La estación que reportó mayor número de especies fue la ubicada en “La Hondonada”.

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