ECOLOGÍA
Otro Día Mundial del Medioambiente

ECOLOGÍA <BR>Otro Día Mundial del Medioambiente

POR DOMINGO ABRÉU COLLADO
Mañana 5 de Junio, otro Día Mundial del Medioambiente nos encuentra con menos, tanto a nivel mundial como nacional. Para esta fecha, el movimiento ambiental de la República Dominicana celebrará un acto masivo en la ciudad de Santiago de los Caballeros que servirá para pasar balance de lo ocurrido durante el último año, a partir del 5 de junio celebrado el pasado año en Santo Domingo con la motivación de la situación en torno a las Areas Protegidas

Incendios decididamente intencionales mermaron los bosques de la Cordillera Central, y afectaron bosques de otras zonas, como la Loma de Guaconejo y de la formación Los Haitises. Las extracciones de agregados en nuestros ríos se mantiene, mientras el aumento en la producción de desechos sólidos se presenta ya como problema nuevo en algunas de nuestras pequeñas ciudades, mientras se vuelve inmanejable en Santiago y amenazante de nuevo en Santo Domingo.

Instalaciones industriales en zonas residenciales, como la procesadora de vidrio instalada en el tranquilo barrio Mejoramiento Social, frente a la iglesia María Auxiliadora, están causando grandes malestares entre la población de las principales ciudades dominicanas.

El aumento en el parque vehicular y el mal estado de los vehículos del transporte público y de carga, junto con el consecuente aumento en la producción de monóxido de carbono y otros gases venenosos, hace aumentar el peligro en la salud de la población.

Lo que se considera el activo más importante para la garantía de permanencia y crecimiento de nuestra biodiversidad: nuestros parques nacionales y otras áreas protegidas, siguen bajo la presión del interés comercial local y extranjero.

Solamente puede considerarse como paso de avance, en términos de medioambiente, una mejor conciencia en una parte de nuestra población, cuyo crecimiento compite contra el reloj en función de la amenaza contra nuestros recursos naturales.

HACIA LA ASAMBLEA NACIONAL AMBIENTAL

Una propuesta de organización nacional del movimiento ambientalista dominicano será lanzada mañana en Santiago con motivo del Dia Mundial del Medioambiente. Se trata del inicio del levantamiento de información entre los participantes en la celebración para desde ahí comenzar el trabajo hacia la estructuración de una red de organizaciones y personas ligadas al quehacer ecologista en el País.

La idea tiene como propósito coordinar para todo el país las diferentes jornadas por la defensa de las zonas naturales de cada provincia dominicana y por el mejoramiento de la calidad ambiental de las ciudades.

La propuesta incluye también entre sus propósitos organizar entrenamientos para la formación de activistas ambientales cada vez más capacitados en relación con los problemas que afectan el país y al mundo.

La Asamblea Nacional Ambiental -ANA- funcionará con representantes de cada una de las provincias de la República Dominicana, quienes se reunirán regularmente para mantener una evaluación permanente de la situación ambiental del país, de manera que se puedan monitorear los diferentes problemas ambientales mientras se buscan soluciones para enfrentarlos.

La iniciativa ambientalista también enfocará la posibilidad de orientar la población en torno a la selección de sus representantes en las instancias públicas, a fin de que quienes les representen sean también representantes derfensores de los recursos naturales del país.

LA CARTA DE LA TIERRA

El inicio del levantamiento de información para la estructuración de la Asamblea Nacional Ambiental aprovechará esa labor para difundir los postulados de la Carta de la Tierra, la que será su guía ideológica, una propuesta planetaria que busca recomponer la convivencia de los seres humanos con la naturaleza.

Entre los planteamientos de la Carta de la Tierra están los siguientes:

«Estamos en un momento crítico de la historia de la Tierra, en el cual la humanidad debe elegir su futuro. A medida que el mundo se vuelve cada vez más interdependiente y frágil, el futuro depara, a la vez, grandes riesgos y grandes promesas. Para seguir adelante, debemos reconocer que en medio de la magnífica diversidad de culturas y formas de vida, somos una sola familia humana y una sola comunidad terrestre con un destino común. Debemos unirnos para crear una sociedad global sostenible fundada en el respeto hacia la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y una cultura de paz. En torno a este fin, es imperativo que nosotros, los pueblos de la Tierra, declaremos nuestra responsabilidad unos hacia otros, hacia la gran comunidad de la vida y hacia las generaciones futuras».

LA TIERRA, NUESTRO HOGAR

«La humanidad es parte de un vasto universo evolutivo. La Tierra, nuestro hogar, está viva con una comunidad singular de vida. Las fuerzas de la naturaleza promueven a que la existencia sea una aventura exigente e incierta, pero la Tierra ha brindado las condiciones esenciales para la evolución de la vida. La capacidad de recuperación de la comunidad de vida y el bienestar de la humanidad dependen de la preservación de una biosfera saludable, con todos sus sistemas ecológicos, una rica variedad de plantas y animales, tierras fértiles, aguas puras y aire limpio. El medio ambiente global, con sus recursos finitos, es una preocupación común para todos los pueblos. La protección de la vitalidad, la diversidad y la belleza de la Tierra es un deber sagrado».

LA SITUACIÓN GLOBAL

«Los patrones dominantes de producción y consumo están causando devastación ambiental, agotamiento de recursos y una extinción masiva de especies. Las comunidades están siendo destruidas. Los beneficios del desarrollo no se comparten equitativamente y la brecha entre ricos y pobres se está ensanchando. La injusticia, la pobreza, la ignorancia y los conflictos violentos se manifiestan por doquier y son la causa de grandes sufrimientos. Un aumento sin precedentes de la población humana ha sobrecargado los sistemas ecológicos y sociales. Los fundamentos de la seguridad global están siendo amenazados. Estas tendencias son peligrosas, pero no inevitables».

LOS RETOS VENIDEROS

«La elección es nuestra: formar una sociedad global para cuidar la Tierra y cuidarnos unos a otros o arriesgarnos a la destrucción de nosotros mismos y de la diversidad de la vida. Se necesitan cambios fundamentales en nuestros valores, instituciones y formas de vida. Debemos darnos cuenta de que, una vez satisfechas las necesidades básicas, el desarrollo humano se refiere primordialmente a ser más, no a tener más. Poseemos el conocimiento y la tecnología necesarios para proveer a todos y para reducir nuestros impactos sobre el medio ambiente. El surgimento de una sociedad civil global, está creando nuevas oportunidades para construir un mundo democrático y humanitario. Nuestros retos ambientales, económicos, políticos, sociales y espirituales, están interrelacionados y juntos podemos proponer y concretar soluciones comprensivas».

RESPONSABILIDAD UNIVERSAL

«Para llevar a cabo estas aspiraciones, debemos tomar la decisión de vivir de acuerdo con un sentido de responsabilidad universal, identificándonos con toda la comunidad terrestre, al igual que con nuestras comunidades locales. Somos ciudadanos de diferentes naciones y de un sólo mundo al mismo tiempo, en donde los ámbitos local y global, se encuentran estrechamente vinculados. Todos compartimos una responsabilidad hacia el bienestar presente y futuro de la familia humana y del mundo viviente en su amplitud. El espíritu de solidaridad humana y de afinidad con toda la vida se fortalece cuando vivimos con reverencia ante el misterio del ser, con gratitud por el regalo de la vida y con humildad con respecto al lugar que ocupa el ser humano en la naturaleza».

«Necesitamos urgentemente una visión compartida sobre los valores básicos que brinden un fundamento ético para la comunidad mundial emergente. Por lo tanto, juntos y con una gran esperanza, afirmamos los siguientes principios interdependientes, para una forma de vida sostenible, como un fundamento común mediante el cual se deberá guiar y valorar la conducta de las personas, organizaciones, empresas, gobiernos e instituciones transnacionales».

Publicaciones Relacionadas

Más leídas