ECOLOGÍA
Se despereza el planeta

ECOLOGÍA <BR>Se despereza el planeta

POR DOMINGO ABRÉU COLLADO
Los últimos acontecimientos naturales parecen revelar movimientos del planeta por desentumecerse. El planeta de despereza, se estira por un lado, se encoge por otro, y los humanos asistimos a estas manifestaciones sin ser invitados.

Pero presentes, no llegamos a comprender qué ocurre realmente. E ignorantes, nos exponemos cada vez más a la espontaneidad de la joven Tierra y sus inesperados movimientos.

El más reciente y notorio de estos movimientos del planeta fue el maremoto (tsunami) ocurrido en el Océano Indico a final de diciembre pasado, cuyos efectos geográficos todavía no han sido evaluados en su totalidad, pero entre los que se cuentan una ruptura de aproximadamente mil kilómetros en el lecho marino, el movimiento de algunas islas, el levantamiento del continente europeo, el desplazamiento de la placa continental europea, una variación en el eje de rotación y cerca de 150 mil personas muertas. Las cifras de muertos fueran mayores si se tomaran en cuenta los animales que murieron por las mismas consecuencias, pero para los seres humanos esos muertos no cuentan, no existían como seres vivos.

Considerado como el terremoto más poderoso de los últimos 40 años, con una intensidad de 8.9 grados de la escala Richter, ha resultado ser el número 5 en términos de magnitud de los registrados desde inicios del siglo pasado. Como lo «habitual» es que ocurrieran en la plataforma del Océano Pacífico, los científicos no habían tomado en cuenta la posibilidad de que ocurriera en el Océano Indico, por lo que no se habían instalado en esa zona sistemas de alerta para preverlos y poder alertar a las poblaciones humanas contra las marejadas que provocan.

Y despreocupados por el Océano Indico… ¡¡Sorpresa!! ¡¡tsumani!!, cuando más entusiasmados estábamos con los aterrizajes en marte, en la cara oculta de la luna y en el anillado Saturno, se presenta en pleno patio de la casa un maremoto que hace desplazar toda la atención del mundo hacia esa parte de Asia.

Ese tipo de sorpresa deja al descubierto el hecho de que no es cierto que lo sabemos todo con relación a la Tierra, tanto como para ocuparnos ahora de otros planetas. Igualmente se pone en duda que buscando información en otros planetas vamos a resolver los enigmas del nuestro.

OTROS MOVIMIENTOS: SE DERRITE EL HIELO

Una nota de la BBC Mundo.com da cuenta de que en algunas zonas de Fairbanks, en Alaska, las casas y los edificios se están inclinando en ángulos extraños. Algunos de estos edificios se hunden como si se deslizaran cuesta abajo. Las puertas y ventanas se acercan cada vez más al piso.

«Es un paisaje arquitectónico que se hace cada vez más familiar en la medida en que se derrite el helado permagel (suelo congelado) del mundo. El agua reemplaza al hielo y el suelo cede, llevándose consigo a las estructuras construidas en la superficie».

Sin embargo, no es solamente Alaska la que está sufriendo los corrimientos de su permagel y los consecuentes desplomes en sus estructuras. El derretimiento del permagel se acelera a través de todas las regiones frías del planeta, como fue advertido recientemente durante el encuentro de la Unión de Geofísica de los Estados Unidos (AGU), en San Francisco.

El corrimiento del suelo congelado está afectando también a la mayoría de las tierras del Artico, como el norte de Canadá, gran parte de Siberia y las zonas más altas de las regiones montañosas como los Alpes y el Tibet.

Los efectos del derretimiento del permagel afecta no solamente a las estructuras levantadas por grupos humanos: edificios, carreteras, sistemas subterráneos de tuberías, Etc., sino también a los recursos naturales, causando inestabilidad en las regiones montañosas, corrimientos de tierra, desaparición de bosques alpinos y otros efectos.

LA RESPONSABILIDAD DE LOS HUMANOS

¿Cuánta responsabilidad le cabe a los seres humanos por la ocurrencia de esos movimientos en el planeta? A decir verdad, en algunos casos es difícil establecer, en otros, no tan difícil.

Actualmente nadie podría establecer relación entre un terremoto y la actividad humana. Sin embargo, se sabe que desde finales de la década de los 50 la mayoría de las pruebas nucleares se hicieron bajo tierra, provocando sismos y microsismos que necesariamente afectaron las zonas donde se produjeron, tanto en tierra como en la zona marina.

¿Qué tanta responsabilidad le cabe a la humanidad desequilibrios como el fenómeno de «El Niño»? El calentamiento global, decididamente causado por la actividad humana, ha sido señalado como el principal responsable por la cadena de efectos atmosféricos e inundaciones que asolaron hace algunos años buena parte de América del Sur.

Actualmente, el derretimiento de determinadas zonas en los polos y en áreas de Alaska, Cánada y Siberia, son consecuencias directas del calentamiento global, según aseguran los científicos en un informe reciente sobre el impacto del clima del Artico (Artic Climate Impact Asessment), «que la pérdida del hielo y permagel en la región norte polar se debe al dramático calentamiento registrado durante el pasado medio siglo».

Agregan los especialistas que «con la excepción de Rusia y su larga historia de monitoreo del permagel, los récords globales son insuficientes, muchas veces demasiado breves o muy dispersos, para poder determinar la precisa extensión de la pérdida del hielo» (Frederic Nelson). Sin embargo, los programas de monitoreo que ahora tienen de una cobertura mayor, como el Global Terrestrial Network for Permafrost (GTNP), revelan una tendencia de calentamiento a través de toda la zona de permagel.

LA REACCIÓN DE LA GENTE. 8 MIL TAMBORES

La gente reacciona de manera diferente ante estos eventos. Una parte enorme, quizás la mayoría de la gente, asiste como contempladores, lo que en muchas ocasiones -como el caso del tsunami del océano Indico- resulta en la muerte de cientos, de miles, o de cientos de miles de personas y animales, todo por ignorancia total de la dinámica del planeta.

Otros reaccionan con mayor identificación con La Tierra. La nación Otomí, por ejemplo, a través del Consejo de ancianos y Guardianes de la Tradición Otomí, la Dänguu Mfädi «Mähki Ñuu» (Gran Casa del Saber Otomí) y la Universidad Indígena Internacional, están convocando a unirse a la magna ceremonia indígena de los ocho mil tambores sagrados y del sonido cósmico por la curación de la Madre Tierra, por la vida y por la paz, que se celebrará en la Isla de Sumatra, Indonesia, el 26 de marzo del 2005, con ceremonias simultáneas el mismo día en Sri Lanka, India, Bangladesh, Birmania, Tailandia, Maldivas y Malasia.

Indica el llamado de la Nación Otomí y la Universidad Indígena que, «nos reuniremos espiritual y energéticamente con nuestros corazones, en nuestros hogares, centros ceremoniales y lugares sagrados, desde América, Europa, Asia, Africa, Oceanía, de todas las regiones de nuestro planeta».

El evento estará precedido de dos ceremonias más que se llevarán a cabo el 26 de enero y el 26 de febrero del 2005. «La tradición otomí olmeca, tolteca, teotihuacana, realizará estas ceremonias desde México y llama al mundo entero a participar, aquí y ahora, unirnos en esta conexión para generar el más poderoso campo de energía luminosa y armoniosa que se expanda en todo el planeta».

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