Cada 24 horas, una persona filtra 32 libras de aire, igual a 15 kilos, por lo que, ante los desafíos del Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul, el ecologista Eleuterio Martínez exhorta a los dominicanos comenzar a sembrar árboles en la ciudad y retirar de las calles los vehículos que se encuentran en condiciones de chatarras y contaminan el aire.
Explica que para que exista ese presupuesto diario de 15 kilos de aire disponible para que cada ciudadano lo tome y lo bote durante la respiración, se necesitan 24 árboles por personas en la ciudad, al año.
Destaca que los árboles son precipitadores naturales de partículas de aire, por lo que la ciudad necesita más arboleda.
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El planteamiento de Martínez significa que, además de las arboledas urbanas, como Mirador del Norte, Mirador del Sur y Mirador del Este, Santo Domingo necesita “su cinturón verdes”, el cual rodea la ciudad y con el que se cumple la cuota indispensable de mantener una ciudad respirable, limpia y saludable.
“Ese es el compromiso que tenemos que asumir todos los que vivimos en Santo Domingo”, opinó.
Manifestó que para las ciudades del interior se requiere, igualmente, cuidar la calidad del aire, aunque no exista la carga de vehículos ni la industrialización que hay en Santo Domingo. El ambientalista llama a hacer conciencia del paraíso en que vivimos y entender que el aire es el primer alimento y el primer medicamento que necesitamos.
El ingeniero agroforestal, especialista en ecología tropical, planificación ambiental, manejo de áreas silvestre protegidas y gestor de proyectos ambientales, recordó que el aire es imprescindible para la salud y la mente sana.
Explica que la sangre demanda oxígenos permanentemente, y si el oxígeno está contaminado, se tendrá glóbulos rojos deficientes. Además, si el oxígeno no llega limpio al cerebro, se cae el sistema natural del cuerpo.
Martínez señala que la Ley 64-00, que crea el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales establece todos los parámetros para preservar el aire limpio, pero no se aplica.
Cita el Reglamento para la Calidad del Aire en el país, y que debe darse en la ciudad y alrededor de las empresas que lanzan al aire toneladas de partículas.
Añade que el polvo que se levanta en el Desierto del Sahara influye en la corriente del aire, a través del Océano Atlántico.
Si Martínez tuviera que elegir un país para vivir, por la calidad de su aire, elegiría los parques nacionales Valle Nuevo, Armando Bermúdez o las zonas altas de las cordilleras.