Camino al default IV
La insinuación de la Reserva Federal de que va a reducir pronto la tasa de interés de referencia de los fondos federales, con el propósito de promover la re-inyección de liquidez a los mercados monetarios y financieros, representa un nuevo intento de contención del descalabro de los mercados crediticios, bursátiles, bancarios y derivativos internacionales por parte de las autoridades gubernamentales de EU.

Las sucesivas acciones intervencionistas estatales de rescate de los bancos,  negocios y fondos de inversión hasta el momento han resultado un rotundo fracaso, en razón de que las turbulencias financieras mundiales vuelan por las nubes y la economía norteamericana se hunde en la depresión económica.

Entre las últimas medidas fracasadas, en procura de superar la crisis de la economía y las finanzas, se destacan las siguientes: la asistencia nominada “Ley de emergencia de estabilización económica” por un monto de 850 millardos (miles de millones) de dólares; la remuneración de las reservas bancarias al tipo de interés de referencia; menos 10 puntos básicos; la expansión en 150 millardos de dólares de las operaciones de subasta temporal de liquidez (TAF), tanto a 84 como a 28 días, hasta alcanzar 900 millardos en breve plazo; la concesión de facilidades de financiación de títulos comerciales (CPFF) o compra estatal privilegiada de papeles comerciales; y, además, la autorización de valoración flexible de los valores de los papeles respaldados por activos basura.

Ante la multiplicación de bancarrotas de los bancos y firmas transnacionales y la desmembración de los índices de las bolsas de valores, los capitales se espantan cada vez más desde los instrumentos de renta fija y variable hacia los nichos mercantiles supuestamente seguros de los bonos del Tesoro y los metales preciosos como el oro, bajo la retórica oficial de que el Estado, no el mercado, es el triple garante en última instancia de los depósitos bancarios hasta cierto límite.