Economía americana

Economía americana

Por Luis H. Vargas
Depreciación del Dólar

La reciente reducción de 0,50% de la tasa de interés de los fondos de la Reserva Federal, tasa de referencia interbancaria para los préstamos pagaderos de un día para otro, de 5,25% a 4,75%, se ha presentado como fórmula de solución a corto plazo de la aguda crisis económica y financiera que padece Estados Unidos y el resto del planeta.

Esta poda del tipo de interés del mercado interbancario de empréstitos constituye el primer recorte realizado por el banco central estadounidense, bajo dominio de los grandes  bancos privados, después de las alzas consecutivas llevadas a cabo desde 1.00%, en junio de 2004, hasta 5,25%, en junio de 2006.

El cambio brusco de política monetaria de la Reserva Federal, de supuesta lucha contra la inflación por evidente presión a la baja de los rendimientos, persigue abrir las compuertas de la financiación barata a los quebrados fondos de capitales y bancas de inversión, a causa de las pérdidas ocasionadas por la capitalización excesiva verificada, tanto en la esfera productiva como financiera, en forma de recaída de las tasas de rentabilidad y multiplicación de declaraciones de insolvencia de innumerables y diferentes negocios de venta de bienes, servicios, créditos, títulos y derivados.

Los resultados inmediatos de este giro monetario, devaluación del dólar y resuba de la inflación, apuntan sin lugar a dudas al fracaso de la maniobra de la Reserva Federal de superar la crisis económico-financiera, a través de la manipulación de los tipos de intereses y de los medios de comunicación, en manos muchas veces de los mismos inversores favorecidos por las operaciones de salvataje lanzadas por las autoridades gubernamentales y monetarias..

Mientras el canje de dólares por euro ya rompió la barrera de 1,40, por ejemplo en el día de ayer: 1,4088 dólares por un euro, con tendencia a escalar a 1,50 en breve plazo; cada vez más se necesita menos yenes para comprar un dólar, por caso 114,9 yenes en lugar de 116,7 en agosto o 121,6 en julio.    

Por igual, el reimpulso a la elevación de la masa monetaria, en mayor proporción que la variación de la producción real, significa que las unidades mercantiles van a declarar  crecientemente en sus envolturas más unidades monetarias en los mercados nacionales e internacionales. En efecto, en menos de un mes la cotización de la onza troy de oro ha saltado de 665,1 dólares a 739,7, en tanto que el precio del barril de petróleo ha volado por la nubes, por ejemplo de 71,7 a 79,1 dólares por barril del Brent.

En consecuencia, la declinación de las tasas de interés nominales supone la inclinación de las tasas de inflación y, por consiguiente, la corrección inevitable de tal medida en el futuro cercano, dado que el incremento del índice de precios al consumo –IPC- provocaría una presión hacia arriba de las tasas de interés reales y una presión hacia abajo de las cotizaciones del dólar frente a otras divisas, al grado que el fondeo de los déficits gemelos de las cuentas internas y externas de Estados Unidos se agotaría por motivo de estampida de capitales foráneos del mercado de bonos del Tesoro y la reventa de las reservas internacionales nominadas en moneda americana.

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