Economía americana

Economía americana

Luis H. Vargas
Crisis Mercado Laboral en los Estados UNidos

El descenso de 4 mil trabajadores en la plantilla laboral no agraria norteamericana, de julio a agosto del corriente año 2007, refleja claramente la gravedad de la crisis económica y financiera que azota EstadosUnidos y, en consecuencia, al resto del mundo, sobre todo si se toma en consideración que instituciones de investigación y autoridades gubernamentales albergaban la expectativa de un incremento de cerca de 110 mil puestos de trabajo.

Para colmo de males, las cifras registradas, en base a encuestas de hogares, sobre las variaciones del número de empleados, entre junio y agosto, acusan descensos bruscos o correcciones sustanciales a la baja.

En el primer caso,  la mano de obra ocupada pierde 316 mil empleos en agosto, en tanto que en junio y julio el aumento de los asalariados se recorta sucesivamente de 132 mil a 69 mil, y de 92 mil a 68 mil, es decir una rebaja equivalente a 83 mil plazas laborales en ambos meses.

Esta maniobra empresarial de expulsión de trabajadores de sus centros de trabajo pretende recomponer la cuota de ganancia en el valor agregado, mediante la reducción de los costes variables salariales.

 Sin embargo, en la presente coyuntura, tal redistribución de la renta nacional en provecho del capital enfrenta límites insuperables.

La declinación de la masa salarial implica una bajada de la demanda de consumo familiar que no puede ser compensada con una subida de la demanda de inversión y de exportación, dado que los negocios registran sobrecapitalización y las transacciones exteriores de mercaderías describen una curva ascendente deficitaria.

Además, no se vislumbra a corto plazo una ampliación rentable neta de los mercados en base a la industria de guerra, por motivo de que el acrecentamiento del presupuesto militar se hace a costa de mochar otros gastos gubernamentales y de disparar al techo los adeudos estatales, con consiguiente cargas insoportables de paga de intereses.

Ante la evolución tendencial hacia abajo de la tasa de rentabilidad en las esferas productiva y bursátil, los inversores se precitan a colocar sus capitales en los supuestos nichos de seguridad de los bonos del Tesoro estadounidense y a comprar metales preciosos y crudos a futuro, en procura de descontar rendimientos aceptables o jugosos.

Después de la noticia del declive del mercado laboral norteamericano, el pasado viernes 7 de septiembre, se produjo un descarrilamiento de la bolsa de valores en New York y un vuelo de capitales a los títulos del Tesoro de Estados Unidos.

El índice promedio Industrial Dow Jones resbaló 249,97 puntos o 1,87% a 13 113,38 unidades,  mientras que el mercado tecnológico de Nasdaq cayó 48,62 unidades o 1,86% hasta 2 565,70 puntos y el selectivo Standard & Poor’s retrocedió 25,00 puntos o 1,69% a 1 453,55 unidades.

Se calcula que del total de 3 381 corporaciones que cotizaron ese día en el mercado bursátil newyorkino, 2 558 o 75,66% bajaron, 751 o 22,21% subieron y 72 o 2,13% mantuvieron la misma posición.

La estampida de capitales monetarios hacia el Tesoro produjo de inmediato una poda de los tipos de interés, tal y como se puede comprobar con las pérdidas de puntos del bono a dos años a 3,89% y del bono a diez años a 4,38%.

Por otra parte, el precio de la onza de oro se encaramó al nuevo valor especulativo de 707 dólares, en calidad de manifestación de la incontenible desvalorización del dólar.

Finalmente hay que resaltar que cada vez más resulta claro que la economía y finanzas de Estados Unidos y el mundo son foteadas por una crisis de similar magnitud y gravedad que la depresión de 1929 y que toda la basura tóxica teórica vertida por la corriente económica neoliberal, en los medios de comunicación, instituciones académicas y organizaciones cívicas, en los últimos 20 años, le llegó el momento de ser barrida, al igual que una gran proporción de capitales ficticios recreados en el mercado de papeles de adeudos titulizados, tanto por bancos de inversión como por los fondos de inversión libre,  de capital a riesgo y papeles comerciales. 

economiamericana@gmail.com

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