El desplome del índice bursátil de París, llamado CAC 40 Index, en particular casi 14% en los anteriores 30 días, ha indicado la brutal descapitalización de mercado sufrida por las empresas francesas, en una coyuntura de recesión económica nacional y crisis de las finanzas europeas e internacionales.
En el último año, el desempeño del producto interior bruto (PIB) ha bajado de 2.1% a 0,9%, con multiplicación de casos de desocupación laboral y bancarrota financiera; mientras los déficit de las cuentas internas fiscales y externas corrientes han subido respectivamente de 2,7% a 3,0% y de 1,2% a 1,7%, con consecuentes restricciones presupuestales y pérdidas de cuotas de mercados interiores y exteriores.
Ante este resquebrajamiento de la economía y las finanzas de Francia, el presidente Sarkozy ha lanzado un programa urgente de salvataje bancario-económico de privatización de beneficios y socialización de costos, en desmedro del fondo de salario y consumo de las clases trabajadoras y las grandes mayorías populares.
El socorro de propietarios de acciones bancarias y tenedores de certificados de deudas financieras ha consistido básicamente en la refinanciación de préstamos y líneas crediticias otorgadas por la banca por un monto de 320 millardos (miles de millones) de euros, la recapitalización de algunos bancos por la suma de 40 millardos y la ratificación del seguro de depósito hasta 70 mil. En total, el auxilio financiero asciende a poco más o menos 450 millardos de dólares a la tasa de cambio del día de hoy.
El plan de ayuda ha contemplado también la garantía de 330 mil puestos de trabajo , incluyendo 100 mil nuevos empleos, y la creación de un fondo estratégico de inversión nacional.