El desempeño del comercio de bienes de Haití con Estados Unidos, luego del terremoto ocurrido el 12 de enero del corriente 2010, revela tanto la falsedad de la campaña internacional emprendida sobre el desmantelamiento de la infraestructura haitiana de producción y exportación de mercaderías como la escalada del déficit de las transacciones mercantiles en provecho principal de grandes negocios criollos y foráneos en las ramas comerciales, industriales y financieras.

 Desde enero hasta mayo de este año, en comparación con igual lapso del pasado, el saldo deficitario del intercambio comercial de bienes de la economía haitiana con la estadounidense aumentó 181,6% a 401,5 de 142,6 millones de dólares, fruto de la bajada de 13,8% del valor exportado a 173,4 de 201,2 millones y la subida de 67,2% del valor importado a 574,9 de 343,8 millones. 

Este incremento del desbalance comercial haitiano-americano -no derrumbe del sistema de producción industrial y agrario, obedeció en gran medida, por un lado, al ascenso de los canjes en rojo de mercancías alimentarias en 34,2% a 161,4 millones y de maquinarias y equipos de transporte en 84,3% a 87,3 millones, y, por otro, al descenso de la comercialización superavitaria de las manufacturas misceláneas en 17,9% a 143,9 millones.

Tras la tragedia del sismo, el gobierno central haitiano y el gobierno federal norteamericano han fracasado en la implementación de programas orientados a la reanimación de las exportaciones en mayor proporción que las importaciones, en vista a disminuir el desequilibrio de la balanza comercial de bienes agrarios e industriales entre ambos países y relanzar las actividades productivas y contrataciones laborales en territorio haitiano. La política proteccionista de Haití de imponer trabas burocráticas a la importación de mercaderías en sus aduanas sólo ha consolidado la corrupción administrativa, cobro ilegal de  comisiones.