Hoy 
LUIS VARGAS
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La verdad monda y lironda es que la fase recesiva del ciclo de la economía norteamericana apunta a convertirse en una etapa de depresión con incalculables perjuicios a las economías nacionales y las finanzas mundiales.
La continuidad de la bajada de la tasa de rentabilidad de las empresas y la subida de la tasa de incapacidad de compra de las familias anuncian un mayor descalabro de las variables macro-económicas de producción, ocupación, inversión y consumación, sin posibilidades de que la moneda crediticia pueda impulsar a corto plazo su recuperación.
La problemática reside entonces en que las corporaciones quiebran y las familias sufren desalojos acosadas por carencia de liquidez, en tanto que las entidades bancarias y financieras caen pura y simplemente en la insolvencia.
El aumento de la iliquidez corporativa se confirma a través de la declinación de los fondo de dinero y de inversiones a corto plazo de las compañías no financieras, los cuales han retrocedido de 5,50 millardos (miles de millones) de dólares en junio de 2007 a 5,25 millardos en diciembre del mismo año. Por su cuenta, los hogares han llegado a tal grado de desesperación que no guardan empacho alguno en contraer préstamos a dos semanas de plazo a cambio de pagar tasas de interés de hasta 800,0% o, algunas veces, hasta quemar las viviendas cuando sufren amenazas de ejecución hipotecaria.
La banca marcha hacia la insolvencia. Según datos publicados hace días, el 12 de marzo del corriente 2008, este tipo de reservas alcanzó el número rojo de 17,2 millardos de dólares como resultado de la resta entre total de reservas legales equivalente a 43,1 millardos y el monto de 60,3 millardos resultante del auxilio Term Auction Facility TAF- y los préstamos por ventanilla de descuento.
