El persistente desbarranque del comercio exterior de bienes de República Dominicana con Estados Unidos expresa más bien la exportación de la fase depresiva del ciclo de los negocios desde la economía dominicana hacia la estadounidense, no la importación de la recesión económica de Estados Unidos a República Dominicana como plantean algunos funcionarios del gobierno neo-liberal de Fernández y el PLD. 

En febrero de 2009, en relación con febrero de 2008, el déficit comercial de mercaderías de la economía de República Dominicana con la de Estados Unidos bajó 17,0% a 102,4 de 180,0 millones de dólares, fruto del desplome tanto del valor de las exportaciones, en 21,0% a 274,2 de 347,0 millones, como el de la importaciones, en 28,5% a 376,6 de 527,0 millones.

Por igual, en el bimestre de enero y febrero del corriente año, en comparación con igual lapso del pasado año, el saldo deficitario del comercio domínico-americano reculó 17,0% a 364,7 millones de dólares de 439,3, a raíz de los rodamientos cuesta abajo de 21,0% a 462,8 de 592,9 del valor exportado y 19,8% a 827,5 de mil 32 millones del valor importado.

El registro de estos números rojos obedece básicamente a los bajísimos niveles de capacidad productiva y competitividad del aparato de producción nativo, en particular de las plantas industriales y plantaciones agrarias; la ejecución de funestas políticas públicas, en especial de sobrevaluación del peso frente al dólar y pauperización de las clases trabajadoras; y la concertación de fallidos acuerdos  comerciales internacionales, tales como el denominado CAFTA-RD.

En la presente coyuntura mundial  de pase de la recesión a la depresión de la economía y las finanzas, la combinación nacional de varios factores no hace más que profundizar la cava del pozo de las transacciones mercantiles y corrientes de República Dominicana.