Economía americana
Depresión y desempleo III

<STRONG>Economía americana<BR></STRONG>Depresión y desempleo III

La imparable poda de la plantilla laboral y masa salarial en Estados Unidos indica la fase depresiva del ciclo de los negocios y el fracaso de los programas keynesianos de estímulos fiscales y monetarios de la demanda de consumo e inversión, ejecutados por el gobierno federal.

La economía norteamericana registra tanto una escalada de la tasa de desempleo como una declinación del índice del salario real.

El primer caso se comprueba mediante la pérdida de 2,6 millones de puestos de trabajo en el pasado año, de los cuales casi dos millones correspondieron a los últimos cuatro meses o 524 mil al sólo mes de diciembre; mientras que el segundo se observa a través del retroceso del promedio de horas trabajadas en la jornada semanal y la consecuente paga salarial ajustada por inflación, vale decir de 34,1 a 33,3 horas laboradas y de 605,3 a 604,1 dólares por semana, desde diciembre de 2007 hasta el mismo mes de 2008.

Esta aniquilación brutal de la capacidad productiva de la clase asalariada ha afectado sobre todo a la capa proletaria de los hispanos, cuyo coeficiente de paro se ha disparado a 13,5% de 8,7%, en el lapso comprendido de doce meses, entre diciembre de 2007 y diciembre de 2008.

En ese periodo anual, la tasa de desempleo no oficial ha dado el salto mortal a 13,5% de 8,7%, como resultado de la suma respectiva de los pronunciados aumentos de la tasa de asalariados desocupados a 7,2% de 4,9% y la tasa de trabajadores ocupados a tiempo parcial y desencantados en la búsqueda de obtención de plaza de trabajo a 6,3% de 3,8%.

Al final de 2008, la clase empresaria tenía sometido a un ejército de mano de obra desempleada total o parcial de cerca de 21 millones de trabajadores, en condiciones precarias de subsistencia familiar y peligro inminente  impago de deudas, a los fines de crear circunstancias favorables a la superación de la presente crisis económico-financiera.

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