Economía americana
Depresión y desempleo IV

<P><STRONG>Economía americana</STRONG><BR>Depresión y desempleo IV</P>

La mocha de 3,5 millones de empleos en el último año, incluyendo 598 mil en el pasado mes de enero del corriente 2009, ha disparado la tasa de desempleo a 7,6% de 4,9% y, en consecuencia, profundizado la depresión de las actividades económicas en Estados Unidos.

Si a esta capa de trabajadores desempleados se le suma las capas de los ocupados a tiempo parcial y los desocupados que han abandonado la búsqueda de un puesto laboral, entonces la tasa de desocupación ampliada ha saltado a 13,9% de 9,0%.

En esta debacle del mercado de trabajo estadounidense, la tasa de paro de los hispanos se ha encaramado a 9,7% de 9,2%, es decir 2,2% más que el promedio nacional.

Esta expulsión masiva de asalariados de las empresas privadas y las administraciones gubernamentales significa una caída brutal de la masa salarial y, por consiguiente, una contracción drástica de la demanda  de consumo de bienes y servicios básicos y la capacidad de paga de las deudas, en particular de las mensualidades hipotecarias, por parte de las familias proletarias. 

A  fines de cuentas, la combinación mortífera de suba de de la desocupación laboral, baja de la renta familiar y pérdida de la vivienda hogareña no hace más que ahondar y prolongar la fase depresiva del ciclo de los negocios en Estados Unidos.

En la actual coyuntura, ni el mercado interno y externo ni el crédito privado y público brindan alternativas de solución a la hecatombe tanto de los procesos de acumulación de capitales reales y ficticios como de los empleos de mano de obra asalariada y cuentapropista, no obstante los frecuentes y cuantiosos programas de rescate de las corporaciones financieros y de relanzamiento de las actividades económicas, llevados a cabo por el Estado.

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