En las últimas semanas, el gobierno dictatorial de René Préval y Pierre-Louis en Haití ha desplegado una febril campaña nacional e internacional de atracción de inversiones extranjeras y difusión internacional de informaciones sobre las supuestas recuperación económica, estabilidad social y seguridad pública.
Entre las iniciativas gubernamentales más destacadas se cuentan la invitación de misiones comerciales foráneas, la celebración de reuniones multinacionales y la promesa de obtención de asistencia técnica y financiera en las ramas industriales de exportación de vestidos y productos agrícolas, la infraestructura de transporte por puertos y carreteras y la consumación de briquetas de papel en las estufas hogareñas en vez del carbón vegetal.
Entre el 26 de septiembre y el 3 de octubre del corriente año, alrededor de una docena de industriales brasileños visitó los parques industriales de Puerto Príncipe, Cabo Haitiano y Juana Méndez con el propósito de observar las facilidades de inversión y exportación de manufacturas brindadas por el gobierno central, bajo el amparo de la Ley Hope II; mientras el ex-presidente de Estados Unidos y enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), William Clinton, acompañado de inversores foráneos, sostuvo una serie de conversaciones con dirigentes de dependencias estatales, agrupaciones empresarias y entidades cívicas, hizo una gira en el Parque Nacional Histórico de Milot y participó en la Reunión Internacional de Negocios auspiciada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En esta conferencia semi-oficial, representantes de negocios privados, gobiernos extranjeros, organismos multilaterales ONG acordaron respaldar los proyectos de emprendimiento de negocios.