Economía Americana
Mini Pánico Bursátil

<STRONG>Economía Americana<BR></STRONG>Mini Pánico Bursátil

LUIS H. VARGAS
La caída de los índices de las bolsas de valores, el pasado viernes 3 de agosto, revela la agravación del ciclo de los negocios y correspondiente resquebrajamiento del circuito de crédito y financiación de la economía norteamericana.

Ese día, inversores y especuladores sufrieron pánico por el declive de 281,42 puntos o 2,09% a 13 182 puntos del Dow Jones Industrial, de 64,73 puntos o 2,66% a 2 511,25 puntos del Nasdaq y de 39,14 puntos o 266% a 1 433,06 puntos de Standard and Poor’s.

Tanto la continuidad del derrumbe del mercado de préstamos hipotecarios como el amontonamiento de de deudas apalancadas arrojaron las señales rojas de peligro de que los capitales debían de emprender un “vuelo a la seguridad” ante las pérdidas cuantiosas acumuladas en los negocios de bienes raíces y la deficiente la capitalización llevada a cabo en las operaciones de recompra de propias acciones, de fusión y adquisición de empresas, y de inversiones en bonos y proyectos en países emergentes.


La voz de alarma en el negocio especulativo de las hipotecas provino del descenso en picado del valor de mercado de Bear Stearns, una de las pricipales firmas de Wall Street, y del anuncio de quiebra de American Home Mortgage, una de las más importantes compañías de financiamiento hipotecario de riesgo. El colapso de Bear Stearns se confirma mediante la mocha de 7 millardos de dólares o 31,8% de un valor mercantil estimado en 22 millardos, en tanto que el de American Home por la poda de la cotización accionaria de US$36,36 a fines de diciembre a US$0,70 a pricipios de este mes de agosto.     

Además de estas voluminosas devalorizaciones originadas por mora y default de pagas de hipotecas, la banca de inversón apila también pérdidas a causa de diponer de casi 300 millardos en títulos de préstamos apoyados en forma de obligaciones de deudas colateralizadas y cerca de 100 millardos en papeles acreditados a financiaciones apalancadas que no localizan inversionistas compradores a tasas rentables.

En realidad, la sobreinversión de capitales en la esfera productiva y financiera y la subconsumación de masas, sutentada con una creciente tasa de desocupación salarial y una decreciente tasa de salario real, desembocan en una declinación de la tasa de rentabilidad empresaria, la cual no puede recomponerse a corto plazo si no hay destrucción de capitales y si no se corrige el doble déficit de la economía estadounidense.

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