Democratic presidential nominee Hillary Clinton shakes hands with Republican presidential nominee Donald Trump during the presidential debate at Hofstra University in Hempstead, N.Y., Monday, Sept. 26, 2016. (AP Photo/Julio Cortez)
Hempstead (EEUU). Las campañas electorales suelen acabar por reducirse a lo que cada candidato propone sobre economía, comercio, impuestos, empleo o salario mínimo, y en el primer cara a cara entre la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump no pudo ser de otra manera.
Ya desde los primeros compases del enfrentamiento, que tuvo lugar en la Universidad de Hofstra, en Long Island (Nueva York), el libre comercio y la fuga de empleo centraron el debate entre los dos aspirantes a suceder en enero a Barack Obama en la Casa Blanca. Trump volvió a culpar a México y China, países que se han convertido en sus argumentos favoritos para explicar los males que achacan a la economía estadounidense, de la fuga de empleos ocurrida en los últimos años.
Por su parte, Clinton destacó que en los últimos ocho años, al presiente demócrata Barack Obama le ha tocado superar la peor crisis económica de la historia moderna de Estados Unidos. “Nuestros trabajos están marchándose a otros países, se van a México a China (…), están usando a nuestra nación como una hucha para reconstruir China y otros muchos países están haciendo lo mismo”, dijo Trump, que durante el debate defendió sus ideas aislacionistas en lo que se refiere a comercio. Por su lado, Clinton, aunque se ha mostrado contraria al acuerdo de libre comercio transpacífico (TPP), se mostró más pragmática y dijo que lo que EEUU necesita es que “los acuerdos comerciales trabajen para nosotros».
“El comercio es la única baza que tenemos para mejorar nuestra economía”, dijo Clinton, mientras que Trump calificó el acuerdo de libre comercio alcanzado por el marido de la candidata demócrata, Bill Clinton (1993-2001), con México y Canadá, como “quizá el peor acuerdo comercial que se haya firmado nunca».
“Es lo peor que le ha pasado a este país en 30 años”, aseguró el magnate inmobiliario, que ha prometido revertir ese acuerdo comercial, al que achaca el “robo” de miles de puestos de trabajo en el cinturón industrial de EEUU en beneficio de México. La candidata demócrata defendió su plan fiscal para hacer que los ricos paguen más impuestos y acusó a su rival de defender la teoría de que bajando los impuestos a los más ricos se reactivará la economía y los pobres acabarán beneficiándose también.