Brasilia, Brasil. Al parecer la economía de Brasil ha caído en una recesión técnica. El gobierno informó que el Producto Interno Bruto del país se contrajo 1,9% tan solo en el segundo trimestre. El retroceso del PIB se suma a las malas noticias para la presidenta Dilma Rousseff, quien lucha por mantenerse políticamente con vida.
Según encuestas, dos tercios de los brasileños quieren que la mandataria sea sometida a juicio político debido a un gigantesco escándalo de corrupción y la percepción generalizada de que ha hecho un manejo equivocado de la economía.
Como la contracción del PIB rebasó ligeramente el pronóstico consensuado de los economistas privados que difundió el viernes el Banco Central, muchos han emitido ahora una perspectiva mucho más sombría para Brasil, la séptima economía más grande del mundo.
Estamos revisando a la baja nuestros pronósticos y ahora pensamos que la economía se contraerá 2,5% este año”, dijo el viernes en un informe de investigación la firma especializada Capital Economics, con sede en Londres. En el documento, la firma puso de relieve que había previsto un retroceso de 1%.
“Conforme a los pronósticos, se le acabó el combustible al motor de la impulsión, la demanda interna… Este es un informe alarmante”, agregó.
Al igual que la mayoría de las naciones latinoamericanas, Brasil resiente la caída de los precios de las materias primas en los mercados internacionales y la desaceleración en China, gran importador de soya, mineral de hierro y otras mercancías provenientes del país sudamericano.
Sin embargo, la economía de Brasil depende menos del comercio exterior que la mayoría de las naciones en la región, ya que sus exportaciones e importaciones constituyen apenas el 27% del PIB, según el Banco Mundial. Durante varios años, el auge económico de Brasil se basó en la expansión de su clase media en alrededor de 40 millones de personas desde 2003.
Debido a una profusión de créditos fáciles, los brasileños realizaron grandes compras, sobre las que el gobierno brasileño construyó su modelo económico. Esa carrera de gastos comenzó a perder ímpetu hace unos tres años y oficialmente ha cesado.
Muchos brasileños están endeudados hasta el cuello y redujeron marcadamente sus gastos. De acuerdo con un informe difundido el viernes, el gasto de las familias bajó 2,1% en comparación con el trimestre anterior.