Economía inclusiva y desarrollo productivo 2016-2020

Economía inclusiva y desarrollo productivo 2016-2020

El .título de esta colaboración no son reclamos teóricos-retóricos de tecnócratas o personeros opositores. Ni de socialcristianos ortodoxos fusionados al reformismo-balaguerista aferrado a “esquemas superados del pasado” como pretenden inhabilitar quienes recurren a descalificaciones personales para suplir carencias de argumentos. Para sorpresa, es el título del eje económico del Programa de Gobierno peledeísta para el mandato del Presidente Medina que se inicia pasado mañana.
La sorpresa aumenta al leer el párrafo que encabeza el contenido de dicho eje: Consigna el compromiso de un “cambio de modelo, hasta consolidar uno de economía inclusivo y desarrollo productivo orientado al empleo de calidad y la competitividad” (ver pág. 44).
Y se acrecienta más al leer detalles de estos compromisos: “canalizar los ahorros… hacia las actividades productivas”; “nueva fiscalidad que se caracterice por equidad… transparencia y calidad del gasto público” y “reglas de juego claras” para fortalecer clima de negocios e inversión.
A lo anterior es aplicable la máxima jurídica, “a confesión de partes, relevo de pruebas” puesto que asumir compromisos citados conlleva implícitamente criticar lo imperante. Proponer “cambio de modelo” admite insatisfacción del vigente. Postular crecimiento económico “inclusivo” reconoce lo excluyente del actual. Instar “desarrollo productivo” canalizándole ahorros evidencia inconformidades en asistencia a productores. Generar “empleo de calidad” resta calificación a generados. Asumir “competitividad” significa rechazar mono-oligopólicas intervenciones estatales. Esa “nueva fiscalidad” postulada critica la reinante como inequitativa y oscura. Consignar “calidad del gasto”, conlleva consentir la mala de los existentes. Declarar “reglas de juego claras” es calificar como lóbregas las vigentes.
Como ése documento está encabezado con el nombre del Presidente Medina, no es dable poner en duda su contenido por lo que dominicanos genuinamente interesados en la suerte de la nación deberíamos sentirnos eufóricamente jubilosos por su consignación. Y esperanzados que en el nuevo mandato se emprenderán acciones para corregir los males implícitamente diagnosticados en el documento citado.
La expresión “rectificar es de sabios” es también aplicable a líderes. Sobran ejemplos. Gandhi, padre de la no violencia, admitió que en su búsqueda permanente de la verdad incurrió en negaciones a postulados previos. Napoleón, soldado de la realeza, se insertó en la revolución para terminar como emperador. Balaguer transitó de la dictadura a la democracia: intentándolo (1961), lográndolo (1966), coronándola (1994).
Resulta esperanzador que Danilo Medina se haya comprometido en su Programa 2016-2020 a cambiar modelo, procurar economía inclusiva, dirigir ahorros a producción, generar empleos de calidad y promover competitividad.
Y a “nueva fiscalidad” equitativa y transparente; piedra angular para generar esos ahorros y mejorar calidad del gasto para desarrollar producción, que junto al esclarecimiento de reglas combatirían oscuridad imperante.
Ojalá que así sea.

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