La intensificación de los conflictos comerciales han lastrado el ritmo del crecimiento mundial a mínimos vistos por última vez durante la crisis financiera, y los gobiernos no están haciendo lo suficiente para evitar daños a largo plazo, ha dicho la OCDE en su nuevo pronóstico.
La organización, con sede en París, recortó casi todos los pronósticos económicos de hace solo cuatro meses, ya que las políticas proteccionistas se cobran un precio cada vez mayor en la confianza y la inversión, y los riesgos continúan aumentando en los mercados financieros.
El grupo anticipa un crecimiento mundial de apenas el 2,9% este año.

“Nuestro temor es que estamos entrando en una etapa en la que el crecimiento está estancado en un nivel muy bajo”, dijo la economista jefe de la OCDE Laurence Boone.
“Los gobiernos deberían aprovechar totalmente las tasas bajas para invertir ahora en el futuro para que este crecimiento lento no se convierta en la nueva normalidad”.

La OCDE se suma a otras instituciones que han hecho sonar la alarma sobre el estado de la economía mundial.
En las últimas dos semanas, la Reserva Federal, el Banco Central Europeo, el Banco Popular de China y muchos otros han flexibilizado la política para apuntalar la demanda, a la vez que han advertido a los gobiernos que se necesitará estímulo fiscal para que los esfuerzos no sean en vano.

La fabricación se ha llevado la peor parte de la crisis económica provocada por una guerra comercial entre Estados Unidos y China.
El sector de los servicios ha mostrado ser excepcionalmente resistente a la situación hasta el momento, pero la OCDE advirtió que la “debilidad persistente” en la industria pesará en el mercado laboral, los ingresos y el gasto de los hogares.

Una desaceleración más aguda en China y un brexit sin acuerdo son riesgos adicionales que podrían empujar al Reino Unido a una recesión y reducir considerablemente el crecimiento en Europa, según el informe.
Lo que dicen los economistas de Bloomberg: “la política arriesgada de Trump en el comercio con China ha dejado a los consumidores, las empresas y los mercados financieros al límite.
No saber si el próximo tuit presidencial aliviará o agravará las tensiones crea un ambiente de extrema incertidumbre, llevando a las empresas a ser cautelosas respecto a la inversión y la contratación, y a los hogares a pasar del gasto al ahorro”.

La OCDE dijo que “el esfuerzo colectivo es urgente” y que la efectividad de la política monetaria podría mejorarse con un “apoyo fiscal y estructural más fuerte”.
Tras el impulso de estímulo monetario más reciente del Banco Central Europeo, el presidente Mario Draghi dijo que es “hora” de que la política fiscal se haga cargo, señalando que no hay mucho más que su institución pueda hacer.