Economía mundial enfrentará en 2015 riesgos no deben desdeñarse

Economía mundial enfrentará en 2015 riesgos no deben desdeñarse

En la economía internacional aparecen para el 2015 algunos riesgos que no deben ser desdeñados por los hacedores de políticas públicas, como son la desaceleración de los mercados emergentes, una posible crisis bancaria en China, las tensiones geopolíticas tanto en Oriente Medio como en la zona post-soviética (en particular el peligro de una fuerte crisis económica en Rusia), y el impacto que la subida de los tipos de interés en Estados Unidos pueda tener en los mercados internacionales.

Así lo plantean expertos que también consideran que la guerra de divisas no cesará y que, incluso, podría recrudecerse. Se espera que Japón, cuya economía sigue estancada, siga aumentando los estímulos monetarios, lo que depreciará el yen y hará que sus inmediatos competidores como China (que ya no crece tanto), Corea del Sur y los países del sudeste asiático tengan que responder con intervenciones en los mercados de divisas.

Asimismo, se advierte que si el BCE finalmente opta por aplicar políticas más expansivas para depreciar el euro y la Reserva Federal se ve obligada a intervenir para frenar el aumento del dólar, podríamos encontrarnos ante un recrudecimiento de las devaluaciones competitivas que generen acusaciones mutuas y aumenten los riesgos proteccionistas.

Se prevé que la demanda global esté limitada y que Estados Unidos no esté en capacidad de compensar esta insuficiente demanda actuando como consumidor de última instancia puesto que su economía ya no tiene el mismo peso que antes.

No obstante, se cree que la caída del precio del petróleo compensaría un poco la limitada demanda global.

Desde el pasado junio, el barril de crudo ha caído más de un 40% y ya se encuentra por debajo de los 65 dólares.

La falta de demanda agregada es particularmente evidente en la zona euro. Aunque en noviembre el BCE tomó las riendas de la supervisión bancaria después de realizar su análisis de calidad de los activos bancarios (Asset Quality Review) y las pruebas de resistencia (stress tests) esto no ha sido el revulsivo que muchos esperaban.

La amenaza de deflación en Europa sigue presente, lo que dificulta el crecimiento en una economía altamente endeudada. A esto se añade el parón del crecimiento en Alemania, que está notando las sanciones sobre Rusia y la desaceleración de los países emergentes.

Plan de acción. Estos problemas han sido reconocidos por el gobernador del BCE, Mario Draghi, que ha propuesto para el año 2015 un plan de acción a tres bandas centrado en las necesarias reformas estructurales, pero también en unas políticas fiscales y monetarias más expansivas. Todo parece indicar que 2015 será el año de la expansión cuantitativa (quantitative easing, QE) en bonos soberanos del BCE, pese a la oposición de Alemania.

Se cree que si esto sucediese sería porque el peligro de la deflación sería ya inminente, y al BCE no le quedaría más remedio que echar toda la carne en el asador para evitar una japonización de la economía de la zona euro.

Es difícil predecir las consecuencias de semejante acción. Los efectos pueden ser nimios habida cuenta de que los tipos de interés están ya en mínimos históricos (el bono a diez años del Reino de España está por debajo del 2%) y de que en la zona euro la provisión de crédito se hace a través del sistema bancario y no el mercado de capitales.

Las consecuencias pueden incluso ser negativas si Alemania se opone tajantemente al QE y se recrudecen las tensiones en el consejo de gobierno del BCE entre los países acreedores y los deudores o si esta política sólo logra generar un rally bursátil que aumente todavía más la desigualdad. Aún así, la jugada podría salir bien ya que puede generar una ola de optimismo entre los inversores, aumentar las expectativas de inflación y provocar una depreciación del euro que estimule las exportaciones y contribuya a frenar la desaceleración de los precios.

Los expertos plantean que los efectos positivos de una política monetaria más expansiva se verían reforzados si el plan de inversiones de 315.000 millones de euros propuesto por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se materializase de manera efectiva y si los Gobiernos de los países de la zona euro aprovechasen este impulso para acometer las reformas estructurales necesarias para aumentar el potencial de crecimiento, sobre todo Francia e Italia. Se considera importante que en 2015 siga la dinámica empezada en 2014 según la cual la CE ofrece mayor flexibilidad en el cumplimiento de las metas de reducción del déficit público.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas