Economía mundial seguirá creciendo

Economía mundial seguirá creciendo

Moscú,  (EFE).- Los ministros de Finanzas de los ocho países más industrializados del mundo (G-8) aseguraron ayer que en 2006 la economía mundial seguirá creciendo a altos ritmos y abogaron por la paulatina disminución de diferencias entre países ricos y pobres.

 Un comunicado conjunto, aprobado por tras su primera reunión del G-8 en Moscú, expresó la confianza de los ministros de Finanzas en el estable desarrollo de la economía mundial y destacó el imperativo de “continuar aplicando medidas que contribuyan a suavizar de modo paulatino los desequilibrios globales y propicien el crecimiento estable de la economía”.

Los ministros apoyaron la decisión del Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyo director, Rodrigo Rato, asiste al evento en la capital rusa, de condonar a partir de enero pasado la deuda de 19 países más pobres.

Con este fin llamaron a la Asociación Internacional de Fomento y al Banco Africano de Desarrollo a terminar cuanto antes todas las medidas necesarias para hacer efectiva la condonación de la deuda de esos países, que asciende a 3.300 millones de dólares.

El comunicado también destacó que los buenos indicadores de actividad económica y las mejoras en la política presupuestaria y fiscal permitirá a Rusia unirse al resto de países del G-8 en la financiación de programas de desarrollo para los países más pobres.

Para “mejorar el funcionamiento de los mercados y propiciar su estabilidad”, el “octeto” acordó impulsar el diálogo sobre política energética global entre los países productores y los consumidores.

En este sentido, saludaron los esfuerzos de la Agencia Energética Mundial y del Foro Mundial Energético orientados a conseguir una mayor transparencia, actualidad y fiabilidad de los datos sobre la demanda y oferta de combustibles, así como sobre las inversiones necesarias para la prospección, producción, transporte y refinería.

También indicaron que confían en que durante la sesión primaveral del FMI y del Banco Mundial, se apruebe una estrategia que sirva de marco para el incremento de las inversiones en el ahorro energético en los países emergentes con la participación de todos los bancos regionales de desarrollo.

El comunicado resaltó que los ministros aprueban los compromisos asumidos por los ocho países sobre las aportaciones al Fondo Antichoque y exhortan a otros donantes, incluidos los países productores de petróleo, a hacer sus aportaciones.

En cuanto a otro tema de la agenda, la lucha contra las enfermedades contagiosas, los ministros del “Octeto” constataron el riesgo de pandemia de gripe aviar y las consecuencias económicas y financieras que acarrearía.

Llamaron, por tanto, a prestar apoyo financiero a los países más pobres en la lucha contra ese mal y subrayaron que “la coordinación de los donativos en este ámbito es especialmente importante”.

En la lucha contra la actividad financiera ilícita los ocho ministros expresaron la decisión de desarrollar instrumentos financieros multilaterales que permitan congelar las cuentas delictivas.

“Saludamos el progreso alcanzado en la lucha contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo, y nos comprometemos a seguir apoyando la cooperación regional” en estos ámbitos, dice el documento.

En la sesión, que por primera vez presidió el ministro ruso Alekséi Kudrinn participaron los titulares de Finanzas del Reino Unido, Gordon Brawn; de EEUU, John Snow; de Francia, Thierry Breton; de Canadá, Jim Flaherty; de Italia, Giulio Tremonti, del Japón, Sadakazu Tanigaki; de Alemania, Peer Steinbruck.

Además, asistieron al evento en calidad de invitados el director del FMI, Rodrgigo Rato, el presidente del Banco Mundial (BM), Paul Wofowitz y representantes de China, la India, Brasil y Sudáfrica.

La reunión transcurrió en medio de medidas de seguridad inusuales incluso para Moscú y sin que se produjera el mínimo intento de manifestaciones antiglobalistas u otras protestas.

Centenares de agentes de seguridad y de la policía cerraron todos los accesos al hotel Nacional, que a principios del siglo pasado fue sede del gobierno bolchevique tras el traslado de la capital rusa de San Petersburgo a Moscú.

En ese lujoso hotel, a unos escasos centenares de metros del Kremlin, se celebró la primera reunión del “Octeto” desde que Rusia asume este año la presidencia del G-8.  

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