Economía se pone fea para salones de belleza

Economía se pone fea para salones de belleza

La situación se le ha puesto fea a los salones de belleza, debido a las alzas de precio de los productos que utilizan las estilistas para embellecer a sus clientes.

En efecto, los precios de todos los productos para el pelo, como tratamientos, alisados, tintes, rinse y champú, así como todos los cosméticos y los perfumes, han sido duplicados en lo que va de año.

A los aumentos de los productos se suman las alzas en la factura eléctrica, el teléfono, combustible para la planta de emergencia y pago de personal. Todo esto ha reducido la rentabilidad de los salones.

Los suplidores y los dueños de los centros de belleza atribuyen la situación al alza «tremenda» registrada en la cotización de la divisa a partir de diciembre del año pasado. Todos los productos de belleza son comprados en Europa y Estados Unidos.

Como consecuencia, los servicios de lavado, tinte y alisado de pelo subieron de precios en la mayoría de los centros de belleza, pero no en la misma proporción que los productos, «porque podríamos perder clientes».

Incluso, en sectores de clase media y baja, los salones no han podido reajustar los precios, para evitar ahuyentar los clientes. Más aún, a pesar de los aumentos en los productos, hay ciertos centros que ofrecen especiales como lavado de cabeza a RD$50 de lunes a viernes.

Actualmente, un servicio completo, para un cambio radical, en un salón exclusivo como el Disaya puede costar hasta RD$4,750. A esto se agrega el costo del perfume.

Un «hi light», incluido celofén, lavado y secado, cuesta RD$1,350. Un corte de pelo RD$350. Un tratamiento 2+1 RD$650. Mientras que un pedicure sale por RD$150 y un manicure en RD$100. Una depilación de las cejas cuesta RD$100. Un maquillaje especial (para fiesta) RD$800. Maquillaje casual RD$500.

Un servicio de protección del color RD$653. Una base para maquillaje RD$600, dependiendo de la marca. La aplicación de un tinte de pelo cuesta RD$650.

Rosa Brito, de la Mercería Marlene, indicó que los cosméticos aumentaron significativamente, aun aquellos considerados económicos. Por ejemplo, un esmalte de RD$15 subió a RD$35, mientras que una crema que costaba RD$20 ahora vale RD$30.

Mientras que el tinte Perma Color subió de RD$95 a RD$125. Y un polvo Maja que costaba RD$95 ahora vale RD$180. Asimismo, un jabón perfumado que en diciembre valía RD$10, ahora cuesta RD$25.

Tan sólo en el mes de enero, la línea de productos Sebastian subió 40%. Asimismo, los perfumes de la marca Elizabeth Arden subieron más de 55% en el mismo período, por lo que un perfume Red Door que costaba RD$1900, ahora cuesta RD$3,200.

Alexis Altagracia Vargas, propietaria del Salón Katherine, manifestó que tuvo que aumentar los precios de los servicios que ofrece porque todos los productos que usa también subieron «y la gente está consciente de que no es por uno».

Como Vargas, otras estilistas consultadas afirmaron que a consecuencia de los incrementos de precios en los productos y servicios, se ha reducido el flujo de clientes a los centros de belleza, sobre todo en aquellos ubicados en los sectores de clase media y baja se ha reducido a la mitad. La situación ha obligado al cierre de no pocos centros de belleza.

Esto fue lo que le ocurrió al salón «Atraction» en el ensanche La Fe, que cerró sus puertas el pasado fin de semana.

María Rodríguez, secretaria del negocio, dijo que los productos subieron demasiado, pero los clientes no querían pagar RD$80 por un lavado de cabeza, mientras los servicios de luz y teléfono se incrementaron considerablemente.

ARREGLO EN CASA

La situación económica y las alzas de precios en los productos y servicios de belleza ha llevado a muchas mujeres a ingeniárselas para verse bien arreglada pese a la crisis.

Leyli Cordero y su hermana decidieron aprender a arreglarse en casa y sólo van al salón cuando tienen que hacerse un trabajo técnico que obligatoriamente requiere los cuidados de una estilista profesional.

Pese a todo, la mayoría de las mujeres sigue asistiendo al salón para verse bonita, a sabiendas de que para ello tienen que pagar como si se tratara de un verdadero lujo.

En casos excepcionales, dice Tania Ventura, del Disaya, están asistiendo más clientes que antes «no sé si es por lo costosas que están las cosas y a la gente le ha cogido con ir al salón para votar el estrés y salir bella a la vez».

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